Test Drive | Page 66

––Estas dudas son mil veces más horribles que la peor noticia. Dígame cuál ha sido la siguiente muerte que ha habido y qué debo llorar. ––Su familia se encuentra bien ––dijo el señor Kirwin con dulzura––; y alguien, un amigo, ha venido a visitarlo. No sé qué asociación de ideas me hizo pensar que el asesino había venido a burlarse de mis desgracias y a utilizar la muerte de Clerval de señuelo para que accediera a sus diabólicos deseos. Tapándome la cara con las manos, exclamé con desesperación: ––¡Lléveselo! No quiero verlo. Por el amor de Dios, que no entre. El señor Kirwin me miró sorprendido. No podía por menos de considerar mi arrebato como prueba de mi culpabilidad, y con tono severo dijo: ––Joven, hubiera creído que la presencia de su padre lo agradaría, en lugar de inspirarl H[