Salimos de Edimburgo al cabo de una semana, pasando por Coupar, Saint Andrews y siguiendo la
orilla del Tay hasta Perth, donde nos esperaba nuestro amigo. Pero yo no me sentía con fuerzas para
conversar y reír con extraños, o para adaptarme a sus gustos y planes con la disposición propia de un
buen huésped, de manera que le dije a Clerval que visitaría solo el resto de Escocia.
––Diviértete ––le dije—. Aquí nos encontraremos de nuevo. Puede que me ausente un mes o dos;
pero no te inquietes por mi, te lo ruego. Déjame un ѥ