Caballo de Troya
J. J. Benítez
-¡Oh Jerusalén!, si tan sólo hubieras sabido, incluso tú, al menos en este tu día, las cosas
pertenecientes a tu paz y que hubieras podido tener tan libremente... Pero ahora, estas glorias
están a punto de ser escondidas de tus ojos... Tú estás a punto de rechazar al Hijo de la Paz y
volver la espalda al evangelio de salvación... Pronto vendrán los días en que tus enemigos
harán una trinchera a tu alrededor y te asediarán por todas partes Te destruirán
completamente, hasta tal punto que no quedará piedra 6