Caballo de Troya
J. J. Benítez
El hermano intentó calmarla, preguntándole algunos detalles. Dicen que está a unos diez
estadios de Betania -añadió la «señora».
Rice un rápido cálculo mental. Eso significaba que el rabí se hallaba a unos 1 860 metros de
la aldea.
Puedo jurar que, a pesar de mi intensa preparación, de los largos años de entrenamiento y
de mi condición de escéptico, la familia de Lázaro consiguió contagiarme su nerviosismo. Sin
poder evitarlo, un escalofrío me sacudió la columna vertebral. Inexplicablemente, mi garganta
se había quedado seca. Pero, en un esfuerzo por serenarme, lo atribuí a la loca carrera desde
los campos. (Una vez más me equivocaba...)
Siguiendo los consejos de Lázaro, permanecí en la casa. Mi primera intención fue salir al
encuentro del Nazareno, pero el resucitado me su v