Caballo de Troya
J. J. Benítez
A las 23 horas y 3 minutos, el computador central accionaba electrónicamente el sistema de
inversión axial de las partículas subatómicas de la totalidad de la «cuna», así como de la capa
límite de la membrana exterior, empujando los ejes del tiempo de los swivels a unos ángulos
equivalentes al retroceso deseado: 709 137 días. En otras palabras, al 30 de marzo del año 30.
Décimas de segundo después de la sustitución de nuestro antiguo sistema referencial de tres
dimensiones por el nuevo tiempo, y según nos explicaron los hombres de Caballo de Troya a
nuestro regreso, una fortísima explosión se dejó sentir sobre la cumbre del monte de los Olivos,
con la consiguiente alegría de nuestros compañeros y el desconcierto de los israelitas.
gracias a la disposición prismática de cada núcleo emisor. La excitación de caras opuestas de modo que cualquiera de
los ojos no tenga acceso a la imagen o mosaico del otro se consigue por un método muy complejo. Una sonda registra
los campos eléctricos generados por los músculos oculares de ambos ojos (auténticos electromiogramas) y el ordenador
central del módulo conoce así en cada instante la orientación del eje pupilar. Por otra parte, los prismas excitables que
integran la pantalla -de dimensiones microscópicas- están situados en la superficie de una capa de emulsión viscosa
que les permite el libre giro. Estos prismas están controlad