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Caballo de Troya J. J. Benítez madre, Salomé, pariente lejana de Anás- habían sido invitados en numerosas ocasiones al palacete del ex sumo sacerdote.) Mientras el jefe de los levitas conducía al Nazareno al interior de la mansión, la portera descendió las escalinatas, procediendo a franquear la entrada al decaído y atemorizado Pedro. Allí mismo fui presa de otra grave duda. Al ver entrar a Simón recordé que -si los Evangelios no erraban- las famosas negaciones del fogoso discípulo no tardarían en producirse. Y aunque los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas situaban tales negaciones en la sede del sumo sacerdote Caifás, supuse que el testimonio de Juan -que menciona este suceso en el patio de Anás- debía ser el correcto. El discípulo, al comprobar mi indecisión, me instó a que le acompañase. Pero eleg