una de 3.000 dólares, otra de 4.000 y otra de 5.000, y con sólo ganar dos de ellas, no se
hubiera li-brado mal del negocio. Pero el dinero no entraba para nada en sus cálculos, y el
éxito obtenido por su rival en la fundición de su cañón, a cuyo proyectil no hubiera
re-sistido una plancha de 10 toesas, le daba un golpe terri-ble. El 23 de septiembre se
permitió al público entrar libremente en el recinto de Stone's Hill, y ya se com-prende to
que sería la afluencia de visitantes.
Innumerables curiosos, procedentes de todos los puntos de los Estados Unidos, se dirigían a
Florida. Du-rante aquel año la ciudad de Tampa, consagrada enteramente a los trabajos del
Gun Club, se había desarrolla-do de una manera prodigiosa, y contaba entonces con una
población de 60.000 almas. Después FRV