Este género de trabajo exige en los obreros mucha ha-bilidad y cuidado. Alguno de ellos,
cavando bajo el disco, fue peligrosamente herido por los pedazos de piedra que saltaban y
hasta hubo alguna muerte; pero estos percances del oficio no menguaban ni un solo minuto
el ardor de los trabajadores. Éstos trabajaban durante el día, a la luz de un sol que algunos
meses después daba a aquellas calcina-das llanuras un calor de 99°.(1) Trabajaban durante
la noche; envueltos en los resplandores de la luz eléctrica. El ruido de los picos rompiendo
las rocas, el estampido de los ba-rrenos, el chirrido de las máquinas, los torbellinos de
humo agitándose en el aire, trazaban alrededor de Stone's Hill un círculo de terror que no se
atrevían a romper las manadas de bisontes ni los grupos de semínolas.
1. 37° centígrados.
Los trabajos avanzaban regularmente. Grúas movi-das por la fuerza del vapor activaban la
traslación de los materiales, encontrándose pocos obstáculos inespera-dos, pues todas las
dificultades estaban previstas y había habilidad para allanarlas.
El pozo, en un mes, había alcanzado la profundidad proyectada para este tiempo, o sea 112
pies. En diciem-bre, esta profundidad se duplicó, y se triplicó en enero. En febrero, los
trabajadores tuvieron que combatir una capa de agua que apareció de improviso, viéndose
obli-gados a recurrir a poderósas bombas y aparatos de aire comprimido para agotarla y
tapar los orificios como se tapa una vía de agua a bordo de un buque. Se dominaron
aquellas corrientes, pero a consecuencia de la poca con-sistencia del terreno, el disco cedió
algo, y hubo un de-rrumbamiento parcial. El accidente no podía dejar de ser terrible, y
costó la vida a algunos trabajadores. Tres semanas se invirtieron en reparar la avería y en
restable-cer el disco, devolviéndole su solidéz; pero gracias a la habilidad del ingeniero y a
la potencia de las máquinas empleadas, la obra, por un instante comprometida, re-cobró su
aplomo, y la perforación siguió adelante.
Ningún nuevo incidente paralizó en to sucesivo la marcha de la operación, y el 10 de junio,
veinte días an-tes de expirar el plazo fijado por Barbicane, el pozo, enteramente revestido
de su muro de piedra, había al-canz F