Tejas sacaba a relucir sus 300.000 habitantes, pero Florida, menos extensa, se consideraba
más poblada con sus 56.000. Acusaba a Tejas de tener una varie-dad de fiebres palúdicas
que costaba la vida todos los años a algunos miles de habitantes. Y, desde luego, tenía
razón.
Tejas, a su vez, replicaba que Florida, respecto a fie-bres, nada tenía que envidiar a nadie, y
que no era pru-dente que acusase de insalubres a otros países un Estado que tenía la honra
de poseer entre sus enfermedades en-démicas el vómito negro. Y Tejas tenía razón también.
Además, añadían los tejanos en el New York He-rald, algunas consideraciones que merece
un Estado que produce el mejor algodón de América y la mejor madera de construcción
para buques, encerrando también en sus entrañas soberbio carbón de piedra y minas de
hie-rro que dan un 50 por ciento de mineral puro.
A esto el American Review contestaba que el suelo de Florida, sin ser tan rico, ofrecía
mejores condiciones para fundir y vaciar el columbiad, porque estaba com-puesto de arena
y arcilla.
Pero replicaban los tejanos antes de fundir algo, sea to que sea, en un país, es preciso
llegar al país, y las comunicaciones con Florida son difíciles, mientras que la costa de Tejas
ofrece la bahía de Galveston, que tiene catorce leguas de extensión y podría contener
holgada-mente a todas las escuadras del mundo.
¡Bueno! repetían los periódicos defensores de Florida . ¡Gran cosa tenéis en vuestra
bahía de Galves-ton, situada encima del paralelo 29! ¿No tenemos acaso nosotros la bahía
del Espíritu Santo, abierta precisamen-te a 28° de latitud, y por la cual los buques llegan
directa-mente a Tampa?
¡Magnífica bahía!
respondía sarcásticamente Te-jas . ¡Una bahía medio cegada!
¡Vosotros sois los que estáis cegados por la pasión!
al oíros, diría que yo soy un país de salvajes!
exclamaba Florida . ¡Cualquiera,
La verdad es que los semínolas recorren vuestras praderas.
¿Y vuestros apaches y comanches son gente civili-zada?
Después de algunos días de dimes y diretes, Florida llamó a su adversario a otro terreno, y
una mañana salió el Times con la pata de gallo de que siendo la empresa esencialmente
americana, no podía llevarse a cabo sino en un terreno esencialmente americano.
A estas palabras, Tejas se salió de sus casillas.
¡Americanos! exclama . ¿No to somos tanto como vosotros? ¿Tejas y Florida no se
incorporaron las dos a la Unión en 1845?