Precisamente.
¡Me gusta la ocurrencia!
exclamó J. T. Maston.
Es una cosa muy sencilla respondió Barbicane . Si se llega a disminuir la densidad de
la atmósfera que atra-viesa la luz de la Luna, ¿no es evidente que se habrá vuel-to esta luz
más intensa?
Evidentemente.
Pues bien, para obtener este resultado, me bastará colocar mi telescopio en alguna
montaña elevada, y es lo que