Estando en estas pláticas, entró el músico, cantor y poeta que había cantado las dos ya referidas
estancias, el cual, haciendo una gran reverencia a don Quijote, dijo:
–Vuestra merced, señor caballero, me cuente y tenga en el número de sus mayores servidores,
porque ha muchos días que le soy muy aficionado, así por su fama como por sus hazañas.
Don Quijote le respondió:
–Vuestr