merced las pidiere y midiere; que pensar que tengo de caminar a pie y hacerlas grandes es pensar en
lo escusado.
–Bien has dicho, Sancho –respondió don Quijote–: cuélguense mis armas por trofeo, y al pie dellas,
o alrededor dellas, grabaremos en los árboles lo que en el trofeo de las armas de Roldán estaba
escrito:
Nadie las mueva
que estar no pueda con Roldán a prueba.
–Todo eso me parece de perlas –respondió Sancho–; y, si no fuera por la falta