A lo que respondió maese Pedro, que ya se había levantado de los pies de don Quijote:
–Ya he dicho que esta bestezuela no responde a lo por venir; que si respondiera, no importara no
haber dineros; que, por servicio del señor don Quijote, que está presente, dejara yo todos los
intereses del mundo. Y agora, porque se lo debo, y por darle gusto, quiero armar mi retablo y dar
placer a cuantos están en la venta, sin paga alguna.
Oyendo lo cual el ventero, alegre sobremanera, señaló el lugar donde se podía poner el retablo, que
en un punto fue hecho.
Don Quijote no estaba muy contento con las adivinanzas del mono, por parecerle no ser a propósito
que un mono adivinase, ni las de por venir, ni las pasadas cosas; y así, en tanto que maese Pedro
acomodaba el retablo, se retiró don Quijote con Sancho a un rincón de la caballeriza, donde, sin ser
oídos de nadie, le dijo:
–Mira, Sancho, yo he considerado bien la estraña habilidad deste mono, y hallo por mi cuenta que
sin duda este maese Pedro, su amo, debe de tener hecho pacto, tácito o espreso, con el demonio.
–Si el patio es espeso y del demonio –dijo Sancho–, sin duda debe de ser muy sucio patio; pero, ¿de
qué provecho le es al tal maese Pedro tener esos patios?
–No me entiendes, Sancho: no quiero decir sino que debe de tener hecho algún concierto con el
demonio de que infunda esa habilidad en el mono, con que gane de comer, y después que esté rico le
dará su alma, que es lo que este universal enemigo pretende. Y háceme creer esto el ver que el mono
no responde sino a las cosas pasadas o presentes, y la sabiduría del diablo no se puede estender a
más, que las por venir no las sabe si no es por conjeturas, y no todas veces; que a solo Dios está
reservado conocer los tiempos y los momentos, y para Él no hay pasado ni porvenir, que todo es
presente. Y, siendo esto así, como lo es, está claro que este mono habla con el estilo del diablo; y
estoy maravillado cómo no le han acusado al Santo Oficio, y examinádole y sacádole de cuajo en
virtud de quién adivina; porque cierto está que este mono no es astrólogo, ni su amo ni él alzan, ni
saben alzar, estas figuras que llaman judiciarias, que tanto ahora se usan en España, que no hay
Portal Educativo EducaCYL
http://www.educa.jcyl.es