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EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO de solicitar una patente sobre sus ideas. Incluso discutieron juntos la posibilidad de que un máser pudiera emitir en el visible, estando ambos de acuerdo en que nada impedía que eso se pudiera lograr. Desde ese momento Townes y Gould intensificaron su investigación sobre la posibilidad de construir un máser emitiendo en el invisible por separado. A finales de 1957 Gould tenía los primeros cálculos sobre la posibilidad de construir, —lo que él ya denominó un láser,— un amplificador de luz por emisión estimulada, y todo quedó en su famosa libreta, que pasó por un notario con intención de asegurarse la patente. Antes de enviar la patente quiso concretar un poco más cómo hacerlo para lo que se incorporó a una empresa llamada Technical Research Group (TRG), abandonando la Universidad. Allí trabajó duramente para completar la solicitud de patente, enviándola definitivamente en abril de 1959. Dicha solicitud fue rechazada comenzando un largo perido de reclamaciones, como veremos más adelante. L A S O 1958 C A N A M L Adetallada que describe el láser Primera publicación A S un máser óptico) (llamado Por su parte Townes también se concentró en trabajar sobre la idea de construir un máser que emitiera en el visible. Para ello se puso en contacto con Arthur Leonard Schawlow, su cuñado, con quien había coincido en la Universidad de Columbia y que ahora estaba en los Laboratorios Bell. El resultado de esta colaboración fue una publicación en Physical Review, una prestigiosa revista de investigación, en agosto de 1958 titulada Infrared and Optical Masers. En ella detallaron cómo extender la idea del máser para radiación infrarroja y visible, usando potasio vaporizado como medio activo. Además de esta publicación, Townes y Schawlow convencieron a los responsables de los Laboratorios Bell para que solicitaran la patente del láser. 1960 L A S O Primera patente del láser (nº 2929922), aunque no será la definitiva La patente solicitada por Schawlow y Townes desde los Laboratorios Bell fue concedida en 1960, después de que le hubieran denegado a Gould su solicitud de patente por el láser alegando que había sido realizada con posterioridad a la detallada publicación del artículo de Schawlow y Townes. Gould, insatisfecho con dicha decisión, comenzó entonces su larga batalla para demostrar que la patente debía ser suya. Después de una larga pelea, y con muchos matices en los que no entramos en este capítulo, en 1988, casi treinta años después de su primera solicitud, Gould finalmente adquirió la patente principal del láser. Sin duda, todos ellos, Gould, Schawlow y Townes realizaron numerosas C A N M A A L S A 45