EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO
cluyen longitudes de onda invisibles para el ojo situadas entre 750 y 1.400 nm.
Estas radiaciones son especialmente peligrosas porque aunque las células de
la retina no son sensibles a ellas (no las ven), el cristalino sí que es capaz de
enfocarlas y crear zonas de intensidad muy elevada en la retina. La Fig. AI.3
muestra un pequeño resumen del comportamiento ocular frente a distintos
tipos de radiación.
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Figura AI.3. Respuesta del ojo a los distintos tipos de radiación.
AI.2.1. Clasificación
La legislación vigente se ha preocupado de clasificar los láseres de
acuerdo al riesgo asociado a su uso y de definir las medidas de seguridad que
deben cumplir las personas que están expuestas a ellos.
En la Comunidad Europea toda esta información está reunida en una serie
de normas (207, 208 y 60825). Estas normas son redactadas y publicadas por un
organismo denominado IEC (Comisión Electrotécnica Internacional) y sus publicaciones sirven de referencia a la hora de utilizar tecnologías como los sistemas
láser. Cualquier persona u organismo que necesite información para trabajar
con equipos de esta naturaleza puede ponerse en contacto con la IEC y adquirir la norma correspondiente.
Estas normas incluyen una descripción de los peligros que pueden aparecer cuando una persona se expone a la radiación de un láser, cuáles son las
medidas de control y prevención que hay que tomar y una serie de definiciones.
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