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año, lo que permite tener un buen panorama para
cualquier espíritu investigativo. Si tomamos como
modelo comparativo al mundo del teatro
independiente, en una foto actual podríamos
visualizar algunas secciones: artistas que transitan
formatos amateurs, otros que van buscando los
caminos del profesionalismo, y un pequeño grupo
que ya logró encontrar los mecanismos del mundo
laboral con esta herramienta artística.
Integrantes del grupo El Sur Narra.
Esta foto de la narración oral no difiere en
mucho de la que nos mostrarían otras disciplinas
de las artes escénicas. Algunas, como el mimo, con
muchos siglos de existencia, se encuentran en
formatos parecidos de precario desarrollo (falta
de público y de apoyos institucionales entre otras
dificultades). Y otras muy nuevas, empujadas por
la industria cultural, logran acceder rápidamente
al profesionalismo (stand up, por ejemplo). En
todos los casos hay una instancia que define el
camino del artista, y es la elección de qué tipo de
proyecto se quiere recorrer. Pero sobre ese
momento de decisión vocacional volveré luego.
Antes de entrar a una mirada pormenorizada
de los que elijen trabajar sus habilidades
cuenteriles, quisiera dar una breve mirada sobre
los narradores espontáneos. Ellos traen consigo
algunas habilidades innatas que dan como
resultado previsible el reconocimiento de la
gente. Amigos, familiares y vecinos, conocen su
don natural para convocar, capturar la atención,