Test Drive | Page 99

-¿Es todo lo que deseas? Sea. Te lo permito. Ahora vamos, ¿eh? Puso en marcha el motor y anduvo un trecho, pensativo. Colocó la cabeza fuera de la ventana y miró el camino. No venía nadie. Abrió la puerta del coche y ordenó: -Baja. Obedecí y lo seguí hasta la parte trasera del coche. Señaló la rueda sobresaliente. -Ahora, agárrate bien. Pero cuidado. Me encogí todo, de "murciélago", feliz de la vida. El subió al coche y salió andando despacito. Después de cinco minutos paró y me vino a ver. -¿Te gustó? -¡Cómo en un sueño! -Ahora, basta. Vamos, que comienza a oscurecer. La noche venía llegando mansita y a lo lejos las cigarras cantaban en los "espinheiros"*, anunciando más calor. * Plantas y árboles espinosos, de diversas especies, comunes en todo el Brasil (N. de la T.). El coche se deslizaba suavemente. -Bueno. De ahora en adelante no se habla más de aquel asunto. ¿De acuerdo? -Nunca más. -Lo único que me gustaría es verte llegar a tu casa, diciendo en dónde estuviste todo este tiempo. -Ya pensé en eso. Voy a decir que fui a la clase de Catecismo. ¿Hoy es jueves? -Nadie puede contigo. Le encuentras salida a todo. Me aproximé bien a él y recosté mi cabeza junto a su brazo. -¡Portuga! -Hum... 99