Test Drive | Page 8

-Un día que yo estaba muy travieso y Gloria me mandó a casa de Dindinha. El quería leer el diario y no encontraba los anteojos. Los buscó, furioso. Le preguntó a Dindinha, y nada. Los dos dieron vuelta al revés a la casa. Entonces le dije que sabía dónde estaban, y que si me daba una moneda para comprar bolitas se lo decía. Buscó en su chaleco y tomó una moneda: -Ve a buscarlos y te la doy. -Fui hasta el cesto de la ropa sucia y los encontré. Entonces me insultó diciéndome: "Fuiste tú sinvergüenza". Me dio una palmada en la cola y me quitó la moneda. Totoca se rió. -Te vas allá para que no te peguen en casa y te pegan ahí. Vamos más rápido, si no nunca llegaremos. Yo continuaba pensando en tío Edmundo. -Totoca, ¿los chicos son jubilados? -¿Qué cosa? -Tío Edmundo no hace nada y gana dinero. No trabaja y la Municipalidad le paga todos los meses. -¿Y qué? -Que los chicos tampoco hacen nada, y comen, duermen y ganan dinero de los padres. -Un jubilado es diferente, Zezé. Jubilado es el que trabajó mucho, se le puso el pelo blanco y camina despacio, como tío Edmundo. Pero dejemos de pensar en cosas difíciles. Que te guste aprender con él, vaya y pase. Pero conmigo, no. Haz como los otros chicos. Hasta di malas palabras, pero deja de llenarte la cabeza con cosas difíciles. Si no, no salgo más contigo. Me quedé medio enojado y no quise conversar más. Tampoco tenía ganas de cantar. Ese pajarito que cantaba desde adentro había volado bien lejos. Nos detuvimos y Totoca señaló la casa. -Es ésa, ahí. ¿Te gusta? Era una casa común. Blanca, de ventanas azules, toda cerrada y silenciosa. -Me gusta. Pero ¿por qué tenemos que mudarnos acá? 8