Ya estaba pegándoseme la manera de hablar de don Ariovaldo.
Al mediodía, ya se sabe. Entrábamos en el primer bar, y "triquete
tráquete", devorábamos el sandwich con refresco de naranja o de grosella.
Entonces yo metía la mano en el bolsillo, y desparramaba los vueltos en
la mesa.
-Aquí está, don Ariovaldo -y empujaba los níqueles para su lado.
Se sonreía y comentaba:
-Eres un muchachito "decente", Zezé.
-Don Ariovaldo, ¿qué quiere decir "pajarito", como usted me decía
antes?
-En mi tierra, la santa Bahía, les decimos así a los muchachitos
barrigudos, pequeños, menuditos.
Se rascó la cabeza y se llevó la mano a la boca, a fin de eructar.
Pidió disculpas y agarró un mondadientes. El dinero continuaba en el
mismo rincón.
-Estuve pensando, Zezé. De hoy en adelante puedes quedarte con esos
vueltos. Al final de cuentas nosotros ahora somos un dúo.
-¿Qué es un dúo?
-Cuando dos personas cantan juntas.
-Entonces,¿puedo comprar una &