Test Drive | Page 58

-Mamá, soy el alumno más estudioso de mi clase. La profesora dice que voy a ganar un premio. . . ¡Cómpramelo, mamá! Desde hace mucho tiempo no tengo ninguna ropa nueva... Pero el silencio de ella llegaba a angustiar. -Mira, mamá, si no es ése nunca voy a tener mi traje de poeta. Lalá me haría una corbata así, de moño grande, con un pedazo de seda que ella tiene... -Está bien, hijo. Voy a hacer una semana de horas extra y te compraré tu trajecito. Le besé la mano y fui caminando con el rostro apoyado en su mano hasta entrar en casa. Así fue como tuve mi traje de poeta. Y quedé tan lindo que tío Edmundo me llevó a sacarme un retrato. *** La escuela. La flor. La flor. La escuela... Todo iba muy bien hasta que Godofredo entró en mi clase. Pidió permiso y fue a hablar con Cecilia Paim. Sólo sé que señaló la flor en el florero. Después salió. Ella me miró con tristeza. Cuando terminó la clase me llamó. -Quiero hablar algo contigo, Zezé. Espera un poco. Se puso a acomodar su cartera y parecía que no iba a terminar nunca. Veía que no tenía ningún deseo de hablarme y buscaba coraje en sus cosas. Al final se decidió. -Godofredo me contó algo muy feo de ti, Zezé. ¿Es verdad? Moví la cabeza afirmativamente. -¿De la flor? Sí, es cierto, señorita. -¿Cómo lo haces? -Me levanto más temprano y paso por el jardín de la casa de Sergio. Cuando el portón está apenas entornado, entro rápido y robo una flor. Hay tantas allá que no hacen falta... -Sí, pero eso no está bien. No debes volver a hacer eso nunca más. No es un robo, pero es un hurto. 58