Test Drive | Page 54

Gloria se puso un poco colorada. -Es Pinagé. Mamá es hija de indios. Me puse todo orgulloso porque yo debía ser el único que tenía nombre de indio en esa escuela. Después Gloria firmó un papel y quedó de pie, indecisa. -Alguna otra cosa, muchacha... -Quisiera saber sobre los uniformes... Usted sabe... Papá está sin empleo y somos bastante pobres. Y eso quedó comprobado cuando me mandó que diese una vuelta para ver mi tamaño y número, y acabó viendo mis remiendos. Escribió un número en un papel y nos mandó adentro a buscar a doña Eulalia. También doña Eulalia se admiró por mi tamaño, y aun el uniforme más pequeño que tenía me hacía aparecer un pollito emplumado. -El único es éste, pero es grande. ¡Qué niño menudito!. . . -Lo llevo y lo acorto. Salí todo contento con mis dos uniformes de regalo. ¡Imagínense la cara de Minguito cuando me viese con ropa nueva y de alumno! Con el pasar de los días yo le contaba todo. Cómo era, cómo no era... -Tocan una campana grande. Pero no tanto como la de la iglesia. ¿Sabes, no? Todo el mundo entra en el patio grande y busca el lugar que tiene su maestra. Entonces ella viene y hace que formemos una fila de cuatro, y vamos todos, como si fuésemos carneritos, adentro de la clase. Uno se sienta en un banco que tiene una tapa que abre y cierra, y allí lo guarda todo. Voy a tener que aprender un montón de himnos porque la profesora dijo que, para ser un buen brasileño y "patriota", uno tiene que saber el himno de nuestra tierra. Cuando lo aprenda te lo canto, ¿sabes, Minguito?... Y vinieron las novedades. Y las peleas. Los descubrimientos de un mundo donde todo era nuevo. -Nenita, ¿adonde llevas esa flor? Ella era limpita y traía en la mano el libro y el cuaderno forrados. Usaba dos trencitas. 54