Test Drive | Page 53

-¡Nunca vi a una persona decir que es un guerrero Pinagé y vivir siempre sucio! Anda calzándote mientras busco una ropita decente para ti. Fue a mi cajón y revolvió. Revolvió más. Y cuanto más revolvía menos encontraba. Todos mis pantaloncitos estaban rotos, agujereados, remendados o zurcidos. -No se necesitaba ni contarlo a nadie. Solamente viendo este cajón la gente descubriría enseguida el niño terrible que eres. Ponte éste, que es el menos malo. Y nos dirigimos hacia el descubrimiento "maravilloso" que yo iba a hacer. Llegamos cerca de la Escuela, adonde un montón de personas habían llevado a sus niños para inscribirlos. -No vayas a hacer un papel triste ni a olvidarte de nada Zezé. Nos sentamos en una sala llena de chicos, y todos se miraban unos a otros. Hasta que llegó nuestro turno y entramos en el escritorio de la directora. -¿Es su hermanito? -Sí, señora. Mamá no pudo venir porque trabaja en la ciudad. Ella me miró bastante y sus ojos parecían grandes y negros porque los anteojos eran muy gruesos. Lo gracioso es que tenía bigotes de hombre. Por eso seguramente era la directora. -¿No es muy pequeño el niño? -Es muy delgadito para la edad. Pero ya sabe leer. -¿Qué edad tienes, niño? -El día 26 de febrero cumplí seis años, sí, señora. -Muy bien. Vamos a hacer la ficha. Primero los datos familiares. Gloria dio el nombre de papá. Cuando tuvo que dar el de mamá, ella dijo solamente: Estefanía de Vasconcelos. Yo no aguanté y solté mi corrección. -Estefanía Pinagé de Vasconcelos. -¿Cómo? 53