Test Drive | Page 43

-Nada, pobre. Todavía está sin empleo, usted ya sabe. Se emocionó y nadie habló en el bar. -¿Cuál le gustaría más, si fuese para usted? -Los dos son lindos. Y a cualquier padre le gustaría recibir un regalo así. -Envuélvame éste, por favor. Hizo el paquete, pero estaba medio raro cuando me lo entregó. Como si quisiera decirme algo y no pudiera. Le entregué el dinero y sonreí. -Gracias, Zezé. -¡Que tenga felices fiestas!... Corrí de nuevo hasta llegar a casa. También había llegado la noche. Solamente en la cocina estaba encendida la luz del farol. Habían salido todos, pero papá estaba sentado a la mesa, mirando la pared vacía. Tenía el rostro apoyado en la palma de la mano, y el codo en la mesa. -Papá. -¿Qué, hijo? No había rencor alguno en su voz. -¿Dónde estuviste todo el día? Le mostré mi cajoncito de lustrar zapatos. Lo dejé en el suelo y metí la mano en el bolsillo para sacar mi paquetito. -Mira, papá, compré una cosa linda para ti. Sonrió comprendiendo todo lo que eso había costado. -¿Te gusta? Era el mejor. Abrió el paquete y aspiró el tabaco, sonriendo, pero sin conseguir decir nada. -Fuma uno, papá. Fui hasta el fogón para buscar un fósforo. Lo encendí, aproximándolo al cigarrillo que tenía en la boca. Me alejé para ver la primera bocanada. Y algo me pasó. Arrojé al suelo el fósforo apagado. Y sentí que estaba explotando. Destrozándome todo por 43