*Rodaja de pan mojada en leche, que luego de frita se espolvorea con
canela. (N. de la T.)
Le comenté a Totoca:
-Y mira, hay gente que ni siquiera tiene eso. El tío Edmundo dio el
dinero para el vino y para comprar las frutas para la ensalada del almuerzo
de mañana.
Totoca estaba haciendo el trabajo gratis, porque se había enterado de
la historia del Casino Bangú. Por lo menos, Luis tendría un regalo. Una cosa
vieja, usada, pero muy linda y que yo quería mucho.
-Totoca.
-Habla.
-¿Y no voy a recibir nada, nada, de Papá Noel?
-Pienso que no.
-Hablando seriamente, ¿crees que soy tan malo como dice todo el
mundo?
-Malo, malo, no. Lo que pasa es que tienes el diablo en la sangre.
-¡Cuando llega la Nochebuena, querría tanto no tenerlo! Me gustaría
tanto que antes de morir, por lo menos una vez, naciese para mí el Niño
Jesús en vez del Niño Diablo.
-Quién sabe si a lo mejor el año que viene...
¿Por qué no aprendes y haces como yo?
-¿Y qué haces?
-No espero nada. Así no me decepciono. Ni siquiera el Niño Jesús es
eso tan bueno que todo el mundo dice. Eso que el Padre cuenta y que el
Catecismo dice...
Hizo una pausa y quedó indeciso entre contar el resto de lo que
pensaba o no.
-¿Cómo es, entonces?
-Bueno, vamos a decir que fuiste muy travieso, que no merecías un
regalo.
-Pero ¿Luis?
33