Test Drive | Page 17

-Ya vamos para allá. Miré de reojo hacia donde las dos "simias" comían naranjas. Desde la jaula de los leones podría escuchar la conversación. -Ya llegamos. Señalé las dos leonas amarillas, bien africanas. Cuando él quiso acariciar la cabeza de la pantera negra. . . -¡Qué idea, muchachito! Esa pantera negra es el terror del Zoológico. Vino a parar aquí porque le arrancó los brazos a dieciocho domadores y se los comió. Luis puso cara de miedo y sacó el brazo, aterrado. -¿Vino del circo? -Sí. -¿De qué circo, Zezé? Nunca me contaste eso antes. Pensé y pensé. ¿A quién conocía yo que tuviera nombre para circo? ¡Ah, ya estaba! Había venido del circo Rozemberg. -¿Pero ésa no es la panadería? Cada vez era más difícil engañarlo. Comenzaba a estar muy enterado. -No, ésa es otra. Y mejor sentémonos un poco a comer la merienda. Caminamos mucho. Nos sentamos y fingimos que comíamos. Pero mi oído estaba allá, escuchando las conversaciones. -Uno debiera aprender de él, Lalá. Mira, si no, la paciencia que tiene con el hermanito. -Sí, pero el otro no hace lo que él hace. Eso ya es maldad, no travesura. -Es cierto que tiene el diablo en el cuerpo, pero así y todo es divertido. Nadie le tiene rabia en la calle, por más diabluras que haga... -Aquí no pasa sin llevarse algunos chinelazos. Hasta que aprenda. Arrojé una flecha de piedad a los ojos de Gloria. Ella siempre me había salvado, y siempre le prometía que nunca más lo iba a hacer... 17