-Mira, Zezé. Tienes que mejorarte para ir a cantar conmigo. Casi no he
vendido nada. Todo el mundo pregunta: "Eh, Ariovaldo, ¿dónde está tu
canarito?". Vas a prometerme que te sanarás, ¿prometido?
Mis ojos aún tuvieron fuerzas para llenarse de lágrimas, y sabiendo que
no debía emocionarme más, Gloria llevó afuera a don Ariovaldo.
***
Comencé a mejorar. Ya conseguía tragar algo y alimentar mi estómago.
Solamente cuando recordaba aumentaba la fiebre y volvían l