Test Drive | Page 132

carretera, en la que me permitió llamarlo Portuga y me colocó sobre su coche para hacer el "murciélago". Me senté en un tronco de árbol y me encogí todo, apoyando mi cara en las rodillas. Me dominó un desasosiego tan grande que ni yo mismo lo esperaba. -Eres muy malo, Niño Jesús. ¡Yo que pensaba que esta vez iba a nacer Dios, y haces esto conmigo! ¿Por qué no me quieres como a los otros chicos?