-Bueno. Pero es medio palabrota y no se debe hablar así.
-¿Y cómo puede decir uno cuando quiere hablar del traste?
-Nalgas.
-¿Cómo? Debo aprender esa palabra difícil.
-Nalgas. Nal-gas.
-Bueno, cuando comenzó a quemarse debajo de las nalgas de su traste,
corrí al portón, me escapé y me quedé mirando lo que pasaba por un
agujerito de la cerca- Fue un alarido infernal. El viejo dio un salto y levantó la
hamaca. Dindinha corrió y encima le pegó un reto "Estoy cansada de decirte
que no debes acostarte en la red mientras estás fumando." Y viendo el diar