Test Drive los niños indigo | Page 46

Se usó el programa nutricional para el tratamiento de la polaridad invertida. Se eliminó el azúcar de la dieta. Se sugirió una buena dosis de abrazos extras, y dedicarle tiempo individual de cada uno de los padres para llenar las necesidades de su tipo de personalidad emocional y sensitivo. Resultados: La niña se ha adaptado bien al preescolar. Los síntomas de hiperactividad han desaparecido. Su sueño es normal, sus sudores nocturnos han desaparecido y no volvió a vomitar. Un psicólogo que la examinó recientemente, comentó que la niña tiene un sorprendente vocabulario para sus cuatro años. Discusión: Las investigaciones indican que padres que fueron hiperactivos o con posibles problemas neurológicos o sicológicos, están más propensos a que sus hijos tengan desórdenes de la atención e hiperactividad. También se ha notado que teniendo un niño hiperactivo aumenta el riesgo de que sus hermanos también nazcan con el mismo problema. Los científicos concluyen que existe una predisposición genética hacia este desorden y que la comunidad médica ha eludido hasta ahora, un tratamiento efectivo. En mi experiencia, creo que la polaridad invertida es contagiosa, no por causa de un germen sino por la proximidad. Si colocamos una pila nueva cerca de una pila gastada, la carga de la pila nueva se agotará, Asimismo, los niños rodeados por padres con demasiado estrés o que han estado en el útero de una madre totalmente estresada, invierten su polaridad porque sus padres, sin saberlo, descargan la carga eléctrica natural del niño. Esto ocurre frecuentemente antes del nacimiento, y después de este, cuando el niño sigue su desarrollo sin que haya intervención para romper el círculo. Mi predicción es que las investigaciones continuarán hasta probar que estos síntomas ocasionan desequilibrios químicos en el cerebro, y permanentes desórdenes nerviosos. Segundo Caso: Paciente: Un adolescente de 15 años, estudiante de bachillerato con síntomas inusuales difíciles de confirmar un disgnóstico. Historia Clínica: Este joven, altamente inteligente se estaba desperdiciando. Pálido, con círculos oscuros alrededor de sus ojos, sus compañeros le llamaban Drácula. Sus brazos y piernas lucían como finos palillos y había perdido su masa muscular. Con una profunda curvatura en la parte superior de su espalda, se quejaba de calambres, sudores nocturnos y de la tendencia de usar las palabras equivocadas cuando hablaba. También tenía problemas gatrointestinales. Tratamiento médico: Los exámenes y el escáner no habían revelado nada. El único hallazgo significativo había sido una deficiencia de hierro en los exámenes de sangres. Los cinco médicos que lo habían tratado le recomendaron sulfato ferroso (para reemplazar el hierro) lo que sólo había logrado empeorar su condición. El otro diagnóstico que se había considerado era la enfermedad de Crohn, inflamación del intestino delgado que causa dolor e impide la absorción de nutrientes en el organismo. Evaluaciones posteriores descartaron este diagnóstico. Tratamiento alternativo: Después del examen este joven mostraba todos los signos de polaridad invertida crónica, la cual fue rápidamente verificada. Los síntomas eran muy parecidos a los de la espondilitis anquilosante, que frecuentemente está acompañada por la inflamación del intestino delgado, úlceras, colitis o la enfermedad de Crohn. Como la mayoría de las enfermedades de origen desconocidos, son difíciles de diagnosticar hasta que los síntomas avanzan. Y para ese momento, es ya demasiado tarde para revertir el daño físico. Se le administró el programa nutricional de hierbas para los casos de polaridad revertida. Debido a su problema intestinal, se le aplicaron dosis muy pequeñas al inicio del tratamiento. La mayoría de los desequilibrios en pacientes con polaridad invertida crónica no se corrigen hasta tanto no se corrija la polaridad a su nivel normal. Hasta que se logró este balance, no se le suministró la hierba para nivelar el hierro, que a su vez alivió el tracto digestivo, y corrigió su anemia. Resultados: Después de 3 meses de tratamiento el paciente se encontraba a mitad de camino y ya había ganado 10 libras de peso. Los sudores nocturnos y los calambres habían desaparecido. Resultados a largo plazo: El paciente ganó 37 libras, el problema de su espalda se había resuelto completamente. Sus piernas y brazos habían ganado masa muscular y se veía más normal. Los círculos alrededor de los ojos se habían disipado y el tono pálido de su piel había ganado color. Recientemente se graduó de bachiller y ha trabajado en diseño de computadores. Hace poco me informaron que acaba de terminar una novela de espionaje que no se ha publicado todavía. En todos los aspectos este muy especial genio joven a regresado a una vida normal, si la palabra normal aplica para tan competente joven. Discusión: En este caso, con síntomas físicos tan severos y con tal inteligencia, el joven no fue enviado a un siquiatra, así que la hiperactividad o desórdenes de la atención nunca fueron considerados en su caso particular. Sin embargo, si hubiera sido diagnosticado correctamente, se le habría calificado como un chico con desórdenes de la atención y con hiperactividad. En mi experiencia profesional, he aprendido que el estrés es la mayor causa de polaridad invertida crónica. Al conocer a este chico, me encontré además con una familia muy bien intencionada con un estrés de naturaleza espiritual. Como estudiante el chico era un luchador intelectual y varios de sus logros académicos lo habían llevado a estados de estrés que habían invertido su polaridad empezando así el proceso de la enfermedad. 46