Nueve síntomas para diagnosticar desórdenes de la atención y de hiperactividad
De acuerdo con la guía de diagnósticos de la Asociación Americana de Psiquiatría, hay 9 síntomas para
diagnosticar los desórdenes de la atención y de la hiperactividad, que se manifiestan antes de los 7 años,
persisten por lo menos durante seis meses y se agravan al punto de interferir con las actividades sociales
normales de la escuela. Estos síntomas son:
Para los casos de falta de atención:
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Poner poca atención a los detalles y cometer errores por descuido.
Dificultad en centrar la atención.
No escuchar cuando se le habla
Dificultad en continuar o terminar las tareas.
Dificultad para organizarse.
Evitar tareas que requieren de concentración o esfuerzo mental.
Frecuentemente pierde cosas que necesita en la escuela o en otra tareas diarias.
Se distrae fácilmente.
Es olvidadizo en actividades que realiza diariamente.
Para los casos de hiperactividad
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Frecuentemente inquieto o retorciéndose.
Se levanta del asiento con frecuencia cuando se espera que permanezca sentado.
Corre o sube encima de cosas en lugares inapropiados.
Dificultad para jugar en silencio.
Constantemente se nota como si estuviera listo para salir o como si estuviera dirigido por un motor.
Habla excesivamente.
Responde prematuramente.
Dificultad para esperar su turno.
Frecuentemente interrumpe a otros.
El análisis del iris: en forma de flor y en forma de joya
La técnica del análisis del iris del ojo es demasiado detallada para que la podamos describir aquí, pero
brevemente podemos decir que se conocen dos tipos de iris el que tiene forma de flor, de emocional es el
que estaría más correlacionado con niños con desórdenes de la atención y en los adultos con depresión. El
iris conocido como tipo joya se correlacionaría más comúnmente con la hiperactividad en los niños y con la
ansiedad en los adultos.
Utilizando la técnica de la polaridad invertida, los análisis nutricionales y del iris y otras técnicas usadas
por los practicantes de la medicina alternativa, nuestros únicos y muy especiales niños pueden recibir un
acertado análisis. La consideración de los síntomas caso por caso, utilizando los síntomas individuales
produce frecuentemente resultados altamente exitosos, como se muestra en los siguientes estudios de
casos.
Primer Caso
Paciente: una niña de 4 años, con síntomas típicos de desórdenes de la atención e hiperactividad.
Historia clínica: esta niña nació prematura, siete semanas antes de la fecha, y estuvo cinco días en la
unidad neonatal de cuidados intensivos. Su madre, nunca se sintió bien durante el embarazo, dormía sólo 3
horas. La niña nació muy emocional y durante nuestra primera visita parecí tener los síntomas clásicos de la
hiperactividad. Su madre nos informó que la niña tenía frecuentes episodios de vómito y sudor nocturno.
Tratamiento médico: después de los exámenes de rigor, se le diagnosticó hiperactividad y desórdenes
de personalidad sensitiva y emocional. Las investigaciones mostraron que tenía la polaridad invertida y
como habían informado sus padres, era extremadamente sensitiva al azúcar. Exploraciones posteriores a
los factores de estrés que la rodeaban, revelaron que el trauma de su nacimiento prematuro se había
aumentado por el hecho de que sus padres tenían dos trabajos cada uno y se había mudado 3 veces antes
del nacimiento de la niña. Su madre contó que durante todo el embarazo tuvo mareos y vómitos y varias
veces tuvo que ir a emergencias donde se le trató por deshidratación.
Los padres vivían ambos en un estado de altísimo estrés. La niña había sido bombardeada con estos
síntomas y emociones durante el embarazo y después del nacimiento los eventos de estrés continuaban.
Se descubrió que la niña había adoptado el método de su madre de motivar para aliviar el estrés en su
estómago, que era su centro emocional.
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