Test 160819 Modelo 1 | Page 53

histeria” radica en la exageración gestual, para poder mostrar en imagen aquello que no puede ser dicho con palabras, “lo que no se dice se muestra” (Davoine), el séptimo arte tomo prestado de las histéricas de la Salpêtrière, el clásico gesto de la diva muy reconocible en las actrices del cine silente. las histéricas de Charcot , la mujer a punto del desmayo, ante una emoción que la desborda, esperando el suelo como destino o los brazos del hipnotizador Charcot. Freud sustituyo el suelo por el diván, y la escucha en lugar de los brazos del encantador. II. El Cine y psicoanálisis nos hacen soñar. El cine en 1895 se da a conocer el invento de los hermanos Lumiere, era 28 de diciembre en Lyon Francia día donde los católicos recuerdan la masacre de los santos inocentes, aquel día 30 asistentes pagaron la cantidad e un franco para presenciar la primera función y ser testigos del nuevo arte, un simple documental “el arribo del tren a la ciudad”. Yo Imagino que algunos de los asistentes sin tener demasiados referentes del nuevo espectáculo, abrían reaccionado con pánico al mirar aquella locomotora dentro de la sala, especie de magia ominosa y una vivencia casi alucinatoria. En Viena Freud ponía la mirada en los sueños, en la pantalla nocturna donde se proyecta lo inimaginable. Fueron los surrealistas Buñuel y Dalí en llevar un sueño al cine; expresando así los mecanismos del inconsciente, la condensación y desplazamiento, aquella luna – ojo, glóbulo ocular cortado por una navaja. Provocando reacción en el público, como si los asistentes se miraran en un espejo los ojos de los espectadores se cierran como reflejo ante aquella imagen insoportable. Salvador Dalí volvió a participo con las escenografías en la secuencia del sueño en la película “Recuerda” del mago del suspenso Alfred Hitchcook, en el sueño se representa el trauma del doctor, aquello que no quiere recordar pero esa memoria retorna como pesadilla, la culpa inconsciente en la secuencia el gran ojo como en el perro anda luz es cortado con una tijera. Ante lo obsceno hay que cerrar los ojos. 49