Test 160819 Modelo 1 | Page 40

No hay posibilidad de realizar la función de psicoanalista: 1. Sin haber pasado por el diván y atravesado un análisis y 2. Sin el dispositivo analítico, sin el paciente , en el devenir de cada sesión donde va construyendo su propio análisis. Se suele decir, frase que acepto en su congruencia: La formación del analista es el análisis de sus formaciones del inconciente.. Es tan central el análisis del analista que apunta a su formación y a la terminación de su análisis, temas cuya reflexión siguen inacabadas, desde los orígenes del psicoanalisis. Ahora bien llaman la atención varios elementos que me gustaría poner a discusión: 1. Si bien se parte del análisis del analista, de su deseo de analizar como fundante de este camino, enunciado en diván, de repente encontramos en la práctica más preocupación por los procedimientos administrativos y de formación teórico en los lugares “de formación” de los futuros analistas, descolocándose lo fundamental que es la transferencia. En este punto, la burocracia, los procedimientos y el deseo de control originario de los candidatos a análisis, imperaron a tal grado que en el concepto de Analisis didáctico, lo único que queda es una didáctica ausente de psicoanálisis. A tal grado puede llegarse en este sentido que un paciente estando en análisis, y obviamente en transferencia, puede ser obligado, impulsado, aconsejado, manipulado por su institución para dejar ese análisis y entrar en “análisis didáctico” con un analista de la propia institución. Porqué? Se suele argüir que para que la formación no se contradiga con la clínica , porque así se tiene más control y certeza de que el aspirante está en análisis con un miembro de la institución. Descrito así un proceso como este , no queda la menor duda que es de lo menos analítico pues atenta contra el eje fundamental de todo análisis , la transferencia. Aún así, las almas se apaciguan en lo que se considera una “ética” y por lo menos hay una respuesta institucional que constata que el 36