manera de funcionamiento queda más clara para el autor y puede ser ya explicada y
transmitida a nivel de la palabra, el concepto y la teoría.
Posteriormente hacía 1917 (Freud, 1917, p.122) volvemos a encontrar otro esquema en
relación a la ecuación simbólica: Caca-Pene-Hijo-Dinero, uno más en 1921 (Freud, 1921,
p. 110) donde plantea la relación entre el Ideal del Yo, el Yo, el Objeto y el Objeto exterior.
Luego en 1923 (Freud, 1923, p. 26), en el segundo apartado, introduce un esquema donde
es curioso como vuelve a retomar la perspectiva topológica cerebral para situar el “casquete
auditivo” a nivel del Yo, situando al Ello en lo que parece figurar la masa cerebral primaria.
En la Conferencia 31 ya en 1932-33, nos presenta un esquema, en “un gráfico modesto las
constelaciones estructurales de la personalidad anímica” (Freud, 1932-33, p.73) donde
podemos volver a observar un intento de la disposición estructural de la metapsicología
freudiana. Quedaría pendiente continuar trabajando los demás esquemas freudianos en esta
primera perspectiva que hemos acentuado, como elementos funcionales en la construcción
de un objeto epistémico de conocimiento.
b. La mayor parte de estos esquemas se construyen en el ámbito de la reflexión del
investigador y su diario (correspondencia), no están destinados a una publicación masiva y
formalizada, mantienen un formato intimista entre dos, y apoyándonos en Loureau,
alcanzamos a notar el extra texto de ese intimismo con Fliesb. Es en esa relación
transferencial, que Freud logra construir la mayor parte de los esquemas publicados y
conocidos hasta ahora. No está por demás resaltar la pasión surgida en ese ir y venir de
cartas, donde Freud insiste en proponer una explicación de los casos psicopatológicos que
está tratando, y donde las herramientas técnicas usadas le son insuficientes y generalmente
sin un sentido concordante con explicaciones teóricas convincentes. Ya Jones (1953) ha
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