Test 160819 Modelo 1 | Page 15

Promover actos instituyentes implica suscitar un compromiso y responsabilidad. Dejar de pensar la institución como la madre suficientemente buena, y apostar a la creación en conjunto, porque, solemos olvidar que la institución somos todos, y sus quehaceres dependen de nuestro propio nivel de intervención y responsabilidad ética. Estamos tan acostumbrados a quejarnos de los lugares impuestos, que sostenemos un lugar de víctimas frente a un monstruo institucional, frente a una historia que parece ajena, y que, de alguna manera nos pertenece en tanto la manera de habitar la institución en el día a día. Las crisis de las instituciones psicoanalíticas se inscriben en el marco social, y no tenemos derecho de obviarlo. Por otra parte, el entretejido del que forma parte la institución psicoanalítica, desde sus orígenes, forma parte del lienzo singular donde se inscribe el deseo de formarse desde uno y otro lugar. Entonces tenemos diferentes terrenos para pensar la institución. El Círculo, aquel idealizado en nuestra primera elección, que se va cayendo porque a veces confundimos las figuras que lo sostienen con la ideología base que da pensamiento y estructura. Esfuerzos múltiples por historizar se han generado hace unos años, y, como todo tratamiento de la historia, aparecen inaudibles que confrontar para posicionarse nuevamente. Denegar la familia donde aprendimos el código moral y la forma de aproximación teórica, es tan sintomático, como cómodo. Pero nada se aleja más de la posición del psicoanálisis que yo mamé, aquí en el Círculo. Nuevos valores, nuevos imaginarios. El Círculo, con sus profundas contradicciones, me ha enseñado que el anudamiento entre teoría, clínica y análisis personal es indispensable. Pero más aún, ubicar los malestares singulares en el contexto histórico-social me resulta imprescindible. Pensarnos hoy tiene que ver con poder entender todas las placas tectónicas que establecen las bases de estas instituciones. Empezando por el lenguaje y sus códigos. ¿Qué valores constituyen los estándares de esta época y cómo escucharlos con su propia estructura y a la vez, no soltar el padecimiento que les da fuerza? El lenguaje, nuestra primera institución, danza en códigos que establecen lenguas y modos de enunciación. Y ahí está nuestra verdadera naturaleza social, en estas modificaciones y re-condicionamientos. ¿De qué olvidos somos resultado en esta generación y cómo se escuchan los síntomas sociales desde la clínica de lo auténticamente singular? Disfruto mucho el cine de AsgharFarhadi (El cliente, El pasado, Nader y Simin: una separación), porque plantea siempre problemáticas sobre la moral, la dignidad, el dolor por el destierro, el honor, la compasión, entre otros conflictos, que siempre me dejan la cabeza dando vueltas. 11