Entonces,
las
grandes
cantidades (Q) que irrumpieron hacia
psi no provinieron tanto del estímulo
externo del azote en las nalgas, sino
de... la espera. Assoun destaca este
aspecto, el cual “nos sitúa en el tiempo
de la angustia revertida [...] en goce”
(p. 21). Y agrega: “Tal será de ahora en
más la modalidad temporal del
encuentro
estructurador
de
la
temporalidad
masoquista”.
Esta
modalidad temporal masoquista,
“tiempo mortificante” (Assoun), tiene
un efecto angustiante para el sujeto,
una irrupción displacentera que
encuentra su descarga en la realización
del castigo. En esa descarga por la
ejecución del acto punitivo se genera la
transformación de la angustia en
placer. “Con esto –asevera Assoun—la
espera se vuelve promesa, dirigida
ahora a la repetición de las deliciosas
sevicias”.
A la experiencia displacentera
ha quedado anudado un placer que
busca la repetición de aquélla. De
nuevo Rousseau lo ilustra con
claridad: “Yo había encontrado en el
dolor, incluso en la vergüenza, una
mezcla de sensualidad que me dejaba
más deseo que temor de sentirla de
nuevo por la misma mano”.
Retengamos esta última alusión: “por
la misma mano” que evoca sin rodeos
a la señorita Lambercier como un
objeto al que se anhela reencontrar.
6
Pero
el
tema
de
la
transformación de displacer en placer
nos coloca en las dificultades con las
que Freud tropieza en el Proyecto,
donde reconoce que su psicología está
sometida a la ciencia natural (p. 353).
En cuanto al problema de la cualidad,
Freud infiere que ésta se genera en un
“tercer sistema de neuronas”, las
omega, y que el resultado de los estados
de excitación de éstas, a raíz de la
percepción,
son
las
diferentes
cualidades. En otras palabras, se trata
de las sensaciones conscientes.
Las neuronas omega responden
a la tentativa freudiana del Proyecto de
“brindar una psicología de ciencia
natural”. Ya que ésta, dice Freud,
reconduce toda cualidad de sensación
a cantidad externa, entonces el
supuesto de un sistema de neuronas
con un dispositivo capaz de mudar
cantidad
externa
en
cualidad,
armonizaría con la idea de la tendencia
originaria a la descarga (apartamiento
de cantidad). En la arquitectura del
sistema, las neuronas omega son las
que se mueven con menor cantidad
que fi y psi. De suerte que las
cualidades, a saber, las “sensaciones
que son algo otro dentro de una gran
diversidad, y cuya alteridad es
distinguida según nexos con el mundo
exterior” (p. 352), sólo se producen
donde
las
cantidades
están
desconectadas “lo más posible”. Pero