Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 749

impresión y publicación de música 754
el Bay Psalm Book. Las primeras ediciones no tuvieron música escrita, pero la novena( Boston, 1698) presentaba 13 melodías salmódicas en arreglos a dos voces impresas rústicamente con caracteres tallados en madera con forma de rombo, e incluía indicaciones elementales de interpretación. El panfleto de 12 páginas impreso por John Tufts,“ An Easy Method of Singing by Letters instead of Notes”, contenía 37 melodías a tres voces; después imprimió su Very Plain and Easy Introduction to the Singing of Psalm Tunes( Boston, 3 / 1723). Más exitosa aun fue Grounds and Rules of Musick Explained( Boston, 1721), primera edición de música impresa en los Estados Unidos en la que se usaron barras divisorias de compás.
De mediados del siglo XVIII en adelante varias colecciones de salmos ampliaron el repertorio, algunas con melodías de compositores nativos. La Collection of the Best Psalm Tunes( Boston, 1764) de Josiah Flagg y The New-England Psalm-Singer( Boston, 1770) de William Billings, el compositor más rudo e impulsivo del periodo colonial, tenían planchas o carátulas grabadas por Paul Revere, el orfebre más importante de Nueva Inglaterra. Prácticamente toda la música del periodo colonial se imprimió con planchas de cobre pulido, grabadas libremente a mano por grabadores y plateros locales; la mayoría de estos grabadores permaneció en el anonimato, con excepciones como Thomas Johnston, quien grabara también mapas, vistas, láminas ilustradas para libros, certificados y monedas.
Los dos primeros libros impresos con caracteres movibles, sistema poco usado en esta época, fueron Geistreiche Lieder( Germantown, PA, 1752) y Neu-vermehrt und vollstaendiges Gesang-Buch( Germantown, 1757). La tipografía fue fundida probablemente por el propio impresor, un inmigrante alemán llamado Christopher Sower( o Saur). Estas ediciones contenían solamente unas cuantas melodías breves y simples. La primera página completa de melodías apareció en The Youth’ s Entertaining Amusement, or A Plain Guide to Psalmody( Filadelfia, c. 1754) de William Dawson. The Worcester Collection of Sacred Harmony( Worcester, MA, 1786) de Isaiah Thomas, impresa con tipografía Caslon comprada en Londres, estableció un nivel de calidad más alto y además marcó el primer intento de mantener una continuidad en las ediciones. Después de la Revolución aumentó el flujo de inmigrantes europeos y la vida musical estadunidense se amplió. El enfoque de la música sacra y secular se ensanchó y surgieron espectáculos de entretenimiento de todo tipo que requerían música. El número de músicos y maestros de música que arribó al país fue muy superior al de otros tiempos, entre los que se encontraban también músicos grabadores que usaban la técnica del estampado de punzones en planchas de peltre; ellos sentaron las bases de un estilo editorial nacional distintivo que floreció inicialmente en Filadelfia.
La obra de Alexander Reinagle Selection of the Most Favourite Scots Tunes( Filadelfia, 1787), grabada por John Aitken, fue la primera edición de música totalmente secular en los Estados Unidos. Benjamin Carr, descendiente de un largo linaje de impresores musicales ingleses, se convirtió en la figura más importante y prolífica de la década de 1790. Además de ser un importante compositor, su Musical Journal for the Piano Forte de finales de la década de 1790 influyó y moldeó el gusto durante más de 20 años. Filadelfia mantuvo su predominancia hasta los albores del siglo XIX a través del negocio de hojas musicales individuales impresas por Moller & Capron y, sobre todo, gracias a las dinámicas actividades de George Willig y George E. Blake, célebres impresores de su época. Otros destacados impresores fueron Gottlieb Graupner en Boston, Joseph Carr en Baltimore y, en Nueva York, George Gilfer y James Hewitt, quienes establecieron una biblioteca musical rodante. En poco tiempo, Nueva York se convirtió en el principal centro editorial de música en los Estados Unidos.
Desde la costa este del país, la impresión musical se propagó al oeste y al sur, con empresas editoriales establecidas en Cincinati, Louisville, Chicago( Root & Cady) y San Luis( Balmer & Weber) con lo cual la influencia de los estilos y gustos londinense y europeos declinó paulatinamente. Con el surgimiento del minstrel show( espectáculo de canciones), los editores estadunidenses buscaron atraer músicos diletantes a través de una abundante producción de espirituales, canciones gospel, polcas y Schottisches, como también innumerables baladas sentimentales y piezas de salón. Se publicaron baladas para celebrar ocasiones como la conclusión del canal Erie en 1825, el primer ferrocarril de Nueva York, los primeros carros urbanos tirados por caballos y así sucesivamente. Muchas de estas ediciones tenían portadas con imágenes litográficas lo suficientemente originales y valiosas como para que surgiera una escuela estadunidense. El flujo constante de inmigrantes hizo necesario editar mayor cantidad de libros de melodías, himnarios, libros corales y anthems. Los editores de Nueva York Firth, Pond & Co. distribuyeron cientos