Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 720

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que no son poemas ni métricos ni regulares. Sin embargo, en el uso cristiano más antiguo( desde las epístolas del Nuevo Testamento hasta el periodo de los padres de la Iglesia en el siglo IV, incluyendo escritores como san Juan Crisóstomo, Eusebio de Cesarea, Juan Casiano y san Ambrosio de Milán), los términos“ himno” y“ salmo” se usaron indistintamente. Uno de los cantos litúrgicos más antiguos de este periodo es el Te Deum no métrico, que en los libros litúrgicos sigue denominándose“ Hymnus”, aun después del Concilio Vaticano Segundo. A este periodo corresponden también los primeros himnos métricos conocidos de la Iglesia occidental, algunos atribuidos a san Ambrosio; consisten en estrofas iámbicas con cuatro versos octosílabos cada una( no ha sobrevivido ninguna melodía de este periodo):
Splendor paterne gloriae, de luce lucem proferens, lux lucis et fons luminis, diem dies illuminans.
Los himnos latinos se cantan en el Oficio Divino y se asignan a diferentes ocasiones litúrgicas dependiendo de la hora del día, la temporada del año o los días santos. La primera de estas asociaciones aparece en las Reglas de Cesáreo de Arles y Aureliano de Arles en el siglo VI. El repertorio más antiguo, que consiste en sólo 16 himnos, fue denominado“ himnario antiguo” por Gneuss( Hymnar und Hymnen im englischen Mittelalter, 1968). A éste se sumaron el“ himnario franco” en el siglo VIII( contemporáneo al establecimiento del canto“ gregoriano”) y el“ nuevo himnario” en el siglo IX. Hacia el siglo XI se usaban entre 200 y 300 himnos, mismos que aparecen en los libros litúrgicos comunes. A partir del siglo XV, era frecuente que las melodías de los himnos gregorianos tuvieran arreglos polifónicos.
2. La Reforma Los himnos protestantes más antiguos solían usar melodías gregorianas. En Bohemia, los seguidores del líder religioso Jan Hus( 1369-1415), conocidos como la hermandad bohemia, publicaron en 1501 lo que parece ser la primera colección de himnos y salmos protestantes vernáculos. Igual que los corales y los himnos luteranos, sólo algunos cánticos husitas tenían melodías originales y la mayor parte provenía del repertorio gregoriano y los cantos seculares.
Lutero supo sacar gran provecho de los himnos; él mismo fue músico y tuvo un importante apoyo de su colega musical Johann Walter. Después de la aparición del primer himnario luterano en Wittenberg en 1524, siguieron de inmediato otros más( véase CORAL). La poesía y las melodías de los himnos alemanes han sido una importante fuente de inspiración para los compositores alemanes. Dos siglos después de Lutero y siguiendo la costumbre del momento, Bach introdujo corales en sus cantatas litúrgicas y en sus Pasiones y armonizó muchos de ellos a cuatro voces. No es fácil sobreestimar la importancia del sitio que ha ocupado el coral en la vida alemana( principalmente, claro está, en el norte protestante, sin desdeñar las regiones católicas del país que también han adoptado el coral). Véase también REFORMA, LA.
3. Los salmos y su música en Inglaterra y Escocia Muchos eclesiásticos ingleses y escoceses, huyendo de las persecuciones de la época, se refugiaron en Ginebra, sede del calvinismo. Llevaron consigo algunas paráfrasis salmódicas inglesas con sus melodías y regresaron con melodías nuevas; de esta manera llegaron de Ginebra muchas de las melodías salmódicas métricas tan gustadas por las congregaciones inglesas y escocesas actuales. Algunos ejemplos son el Old Hundredth( que al parecer deriva de una melodía tradicional holandesa contenida en el Souterliedekens o“ Little Psalm-Songs”, de 1540), el Old 113 th, el Old 124 th y otros que aparecen con frecuencia en los himnarios actuales; sus nombres se refieren a las versiones métricas de los salmos a los que estuvieron originalmente vinculados. A diferencia del luteranismo, la práctica calvinista restringía el canto de la congregación a las versiones métricas de los salmos, restricción que se mantuvo en Inglaterra y por un periodo mucho más prolongado en Escocia.
El salterio en verso de Thomas Sternhold y John Hopkins fue completado y publicado por John Day en Londres en 1562. Day lo publicó con melodías tomadas de fuentes francesas y alemanas, y al año siguiente presentó una edición armonizada. Otros libros de melodías que acompañaron posteriormente al de Sternhold y Hopkins fueron los de East( 1592), Ravenscroft( 1621) y Playford( 1677). El de Playford fue el primer libro popular en asignar la melodía a la voz superior.
El himnario de Sternhold y Hopkins fue el principal libro autorizado por la Iglesia anglicana durante más de un siglo hasta 1696, fecha en que apareció la versión de Nahum Tate y Nicholas Brady, que fue preferida por algunas iglesias, aunque muchas otras continuaron usando la de Sternhold y Hopkins durante más