Francia 618
Rousseau. Entre los partidarios del nuevo género estaban Denis Diderot y Jean Le Rond d’ Alembert, editores de la vasta e importante Encyclopédie, ou Dictionnaire raisonné des sciences, arts, et metiers, con artículos musicales escritos por Rousseau, autor y editor de su propio Dictionnaire de musique( París, 1768), que ejerció influencia considerable en el pensamiento musical francés y europeo de finales del siglo XVIII.
La vida de concierto fue más constante y floreciente que la ópera. La sociedad Concert Spirituel fue fundada por Anne Danican Philidor en 1725 y existió hasta 1790. Su repertorio inicialmente consistía en grands motets escritos por Lully y Lalande( y más adelante por Rameau), aunque también incluía algunas piezas orquestales; afamados violinistas como Leclair dirigieron y compusieron conciertos para la sociedad. La orquesta de la sociedad fue admirada por su estilo disciplinado; la calidad de sus instrumentistas de aliento fue un aliciente importante para la ampliación de su repertorio de conciertos para alientos.
Una nueva ola de internacionalismo surgió en el decenio de 1770 con el ascenso al trono de Luis XVI y su esposa vienesa María Antonieta. En ese tiempo llegó a Francia Gluck, quien había implantado en Viena un estilo italiano con Orfeo y Alceste, óperas que en esencia eran tragédies lyriques francesas. El compositor continuó con el desarrollo de la forma en sus óperas de Ifigenia, que más complacían a los críticos de gusto conservador que a los modernos. De tal manera, la opéra comique no sólo floreció sino que demostró ser un género útil para fines políticos, como sucedió con Richard Coeur-de-lion( 1784) de Grétry. En su mayoría, las series de conciertos tenían fines empresariales; la Sinfonía“ París”( K297 / 300a) de Mozart se estrenó en 1778 en la sociedad de los Concert Spirituel, mientras que algunas sinfonías de Haydn se estrenaron en los Concert de la Loge Olympique. En 1784 se abrió una nueva escuela para cantantes de ópera, la École Royale de Chant.
5. La primera República Las grandes fêtes de la Revolución sirvieron como inspiración para un nuevo estilo de música pública al aire libre, cuyo mejor ejemplo es la Marseillaise de Rouget de Lisle. Los himnos y cantos corales de Gossec también destacaron en este repertorio, sirviendo de inspiración a Berlioz para su Grande symphonie funèbre et triomphale y para Beethoven en la marcha fúnebre de la Sinfonía Heroica. En un principio, la influencia de la Revolución en las instituciones musicales fue sorprendentemente limitada. Las casas de ópera continuaron funcionando y contaron con la presencia de la familia real hasta 1791. El repertorio predilecto era el francés, incluso en el Théâtre Italien( para ese tiempo, la mayoría de los italianos había salido de Francia), y las obras de exaltación patriótica y libertaria acapararon la atención( como Jeanne d’ Arc de Kreutzer y Guillermo Tell de Grétry). El poder de la Iglesia romana católica se deterioró rápidamente y la música litúrgica fue sustituida por himnos dedicados“ al Ser Supremo”,“ a la Razón” o“ a la Libertad”. Durante los años de Terror( 1792-1793), la actividad operística disminuyó y las campañas militares distraían la actividad política. Hacia 1797 se comenzaba a delinear un nuevo tipo de instituciones musicales.
La Opéra-Comique fue el teatro más activo. Si bien las florecientes series de conciertos del decenio de 1780 desaparecieron casi por completo, la École Royale de Chant fue reemplazada en 1795 por el Conservatoire de Musique, que seleccionaba a sus alumnos en todo el territorio francés mediante exámenes de competencia y llegó a publicar libros de texto para unificar la enseñanza musical. De tal manera, el Estado aseguró el control de todas las principales instituciones musicales. En la época de Napoleón se logró estabilizar y extender esta actividad educativa. Nacido en Italia, el emperador gustaba de la música de Paisiello, mientras que la emperatriz Josephine se inclinaba más por la música de Spontini. Así, aunque la Opéra-Comique siguió floreciendo con un repertorio en francés, la popular tragédie lyrique volvió a presentarse en el Teatro de la Ópera, y el Théâtre Italien dirigido por Spontini de 1810 a 1812 mantuvo viva la tradición de la opera buffa. El espíritu competitivo del conservatorio alcanzó su punto máximo con la institución del * Prix de Rome en 1803, una beca muy competida a lo largo del siglo XIX.
6. La Restauración y el segundo Imperio Con la abdicación de Napoleón, la actividad musical se estancó durante cerca de un año hasta que la restauración de la monarquía de los Borbón se completó. La Ópera de París se convirtió en la casa de ópera mejor subsidiada de toda Europa y montaba espectáculos de gusto francés. Moïse et Pharaon de Rossini tuvo un éxito arrollador y junto con Guillermo Tell constituyó una concesión estilística que amalgamaba la tradición conservadora con el“ novel” estilo italiano. Después de la Revolución de 1830, las óperas de Meyerbeer y Halévy tuvieron enorme aceptación. La Opéra-Comique siguió