Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 595

forma 600
ofrece posibilidades de constraste, sin embargo, esta sucesión continua de ideas nuevas no resulta del todo satisfactoria, por lo que se ven obligados inevitablemente a recurrir a las repeticiones.
La manera más simple de lograrlo es la repetición del tema principal al final de la pieza, estructura que puede representarse con las letras ABA. La * forma ternaria, denominación de esta estructura, se ha usado desde el siglo XVII con el advenimiento del aria * da capo. La forma comienza con una primera sección extensa, seguida de una sección central de carácter similar o contrastante que introduce nuevo material temático y por último una recapitulación exacta de la sección inicial. En la sección central se pueden introducir contrastes con cualquiera de los recursos de las variaciones, es decir, cambios de modo, de tiempo y de textura. En el siglo XVIII se acostumbraba escribir minuetos por pares: Minueto 1-Minueto 2-Minueto 1; el segundo minueto solía ser sólo para tres partes instrumentales( como contrase al conjunto instrumental completo) y se denominaba * trío; el primer minueto solía escribirse en tonalidad menor y el segundo en tonalidad mayor, creando así contrastes de sonoridad, textura y modo( un ejemplo es el tercer movimiento de la Sinfonía no. 40 en sol menor de Mozart). El patrón básico no se altera al introducir algunas variaciones en la repetición de la primera sección siempre y cuando no haya un cambio radical en la tonalidad y la escala; los cantantes, por ejemplo, acostumbraban adornar la repetición del tema en el aria da capo.
El * rondó es una extensión de esta forma que consta de dos secciones con material temático nuevo bajo el patrón ABACA. Estas secciones implican los mismos principios que la sección intermedia de la forma ternaria y permiten al compositor introducir variantes con cambios de modo, tonalidad y textura cuando menos en dicho episodio; aun así, se sigue recurriendo al conocido principio de la recurrencia temática en la misma tonalidad. La forma rondó fue popular en la música para teclado del siglo XVII, especialmente en Francia( rondeau). El carácter suficientemente ligero de esta forma, sin llegar al exceso, aportó otra característica compositiva interesante para el movimiento final de una sinfonía; muchos compositores crearon complicados patrones a partir de esta forma( véase infra, 6).
5. Forma binaria y conceptos asociados Los principios hasta aquí descritos se aplican tanto a piezas largas como a secciones cortas dentro de una obra; se han abordado en términos de lo que podría llamarse macroformas o formas generales simplemente porque son más fáciles de percibir, sin embargo, también existen las microformas, que son más obvias a pequeña escala.
En la forma ternaria, el concepto de tonalidad es de gran importancia( véase supra), pues su función es el corazón de otras formas. Por sus características, la tonalidad ofrece regiones de reposo, otras menos estables y otras completamente inestables. En una pieza tonal cualquiera, el mayor reposo corresponde al acorde de tónica; los acordes formados a partir de las otras notas del acorde de tónica( III y V) son menos estables y los acordes formados sobre los grados IV y VI( y tal vez II) son menos estables aun; por último, el acorde más inestable es el que se forma sobre la sensible( VII), que genera una sensación resolutiva hacia la tónica. Si la pieza termina en el acorde de tónica, el resultado es de reposo, pero si termina en cualquier otro acorde se genera cierta incertidumbre, que depende del lugar que ocupe el acorde en relación con la tónica.
Hacia finales del siglo XVII, compositores como Corelli comprendieron las posibilidades de este recurso, por lo que escribieron piezas de dos secciones donde la primera modulaba hacia una región armónica distinta de la tónica( por lo general la dominante o el relativo menor) y la segunda comenzaba en esta nueva tonalidad para regresar nuevamente a la tónica. Este procedimiento se denominó * forma binaria. Las piezas en forma binaria pueden ser cortas, como las danzas barrocas, o de grandes dimensiones, como los movimientos más largos de las partitas de J. S. Bach. En los movimientos largos es difícil captar la forma porque no se basan en una melodía sino en una combinación armónico-melódica imposible de cantar; aun así, el escucha atento podrá reconocer el alivio que genera el acorde final de la tónica. Por motivos de evolución histórica, cada una de las dos partes se repite, lo que ayuda al escucha a comprender la forma.
El pensamiento derivado de la forma binaria fue la base de la mayoría de las composiciones de los siglos XVIII y XIX, por lo que es preciso conocer sus recursos para explicar otras formas. El recurso más importante es el * desarrollo o“ el trabajo con el material temático”, que suele aparecer en la segunda sección. El desarrollo integra los procedimientos de variación y contraste. Un tema( por lo general de ritmo fuerte y fácil de recordar) se repite, sea de manera exacta o con alguna variación, quizá transportado a otra tonalidad. Puede acortarse