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instrumento español distintivo. Su sonido y técnicas de ejecución característicos se han infiltrado en la música de prácticamente todos las generaciones posteriores de compositores españoles. Luis de Briçeño introdujo en su nuevo método de guitarra( París, 1626) un tipo de tablatura con canciones y danzas del campo, mientras que Gaspar Sanz, en el método de guitarra más importante del periodo, Instrucción( Zaragoza, 1674), constituyó un magnífico compendio de piezas de danza populares.
5. La música bajo los Borbones Bajo el reinado borbón en el siglo XVIII, la cultura local española recibió un enorme flujo de arte y artistas extranjeros. Felipe V, nacido en Francia, quien gobernó de 1701 a 1746, estableció una serie de instituciones nacionales bajo los lineamientos franceses del momento, como la Biblioteca Nacional( 1712) y la Real Academia Española( 1713), a la vez que acumuló cantatas francesas y óperas italianas en su biblioteca musical personal. Benito Feijóo criticó la secularización creciente de la vida musical y la declinación de la música sacra en su ensayo Música de los templos( 1726), donde reprobaba la predominancia del gusto por la música litúrgica teatral con acompañamiento instrumental ejemplificado en las obras de Sebastián Durón, cuyos villancicos religiosos se interpretaban incluso en el continente americano. Por otra parte, Feijóo alababa por encima de todo la música religiosa“ pura” del contemporáneo de Durón, Antonio de Literes, cuyas misas seguían la tradición conservadora a cappella. Bajo el reinado de Felipe V, la dirección de la orquesta del palacio del Buen Retiro era compartida entre tres músicos, uno italiano y dos españoles; uno de estos últimos, el español José de Nebra, compuso abundante música sacra para la capilla real.
Fernando VI, quien gobernó de 1746 a 1759, y su consorte portuguesa María Barbara de Bragança tuvieron un apego particular por el gusto italiano, por lo que grandes maestros italianos ocuparon los principales puestos musicales de la corte. Domenico Scarlatti, maestro de música de la reina, encontró en la corte española una atmósfera mucho más relajada que la de su natal Italia; varios estudiosos han destacado los giros españoles característicos en sus sonatas para teclado, con recursos semejantes al rasgueo de la guitarra. Junto con Scarlatti, el castrato Farinelli estuvo al servicio de la corte española durante cerca de 25 años, disfrutando de una posición privilegiada hasta su retiro en 1759 con una pensión del sucesor ilegítimo de Fernando, Carlos III. El periodo de estancamiento musical en la corte terminó en 1788 con el ascenso al trono de Carlos IV, violinista competente que forjó una enorme colección de música de cámara que contenía muchas piezas de su maestro de música italiano, Brunetti. De 1768 a 1785, Boccherini vivió en España bajo el patronazgo del príncipe Luís, tío del rey. El hermano del rey, el príncipe Gabriel, fue en contra de la moda al contratar un músico español como maestro: el monje compositor Antonio Soler, admirado por sus sonatas para clavecín que compitieron en originalidad con las de Scarlatti.
Durón, Nebra y Literes fueron los compositores de zarzuelas más sobresalientes del siglo XVIII, pero las formas operísticas italianas comenzaron a sofocar las formas locales conforme el siglo avanzó. El compositor español Domingo Terradellas( 1713-1751), con la imposibilidad de presentar sus obras ante el público español, pasó toda su vida componiendo óperas en italiano para Roma, Florencia, Venecia y Londres. Con el ascenso al trono de Carlos III en 1759, las presentaciones de ópera se limitaban a los palacios privados y a sólo un teatro público. Para 1777, la última compañía operística italiana que operaba en el país partió a otra parte y la ópera española se debilitó. La ópera más conocida de un compositor español del siglo XVIII es Una cosa rara de Vicente Martín y Soler, compuesta en italiano para Viena; la única obra escénica en español significativa de Martín es su exquisita zarzuela La madrileña.
Por lo demás, la ópera vernácula de finales del siglo XVIII mantuvo un ligero soplo de vida con el dramaturgo Ramón de la Cruz( 1731-1794), quien colaboró con Boccherini en una estupenda zarzuela española, Clementina( 1786). Tuvo también como colaborador habitual al compositor Antonio Rodríguez de Hita( 1704- 1787); su obra burlesca Las segadoras de Vallecas( 1768) quizá sea la primera obra española de teatro musical desarrollada en un contexto contemporáneo y con personajes de la clase trabajadora, en lugar de los personajes míticos o heroicos acostumbrados. En ese mismo año, Pablo Esteve( m 1794) produjo Los jardineros de Aranjuez dentro de la misma línea pero, a la vuelta del siglo, la zarzuela declinó para ceder paso a formas mucho menores como el género * sainete, en su mayor parte dialogado, y la * tonadilla escénica. Entre los compositores de tonadillas famosas destacaron el flautista catalán Luis Misón( 1727-1776), con más de 100, y Blas de La Serna( 1751-1816), quien compuso cerca de 700 tonadillas, entre éstas la popular La beata.