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hijo, el príncipe Juan, tuvo también su establecimiento musical propio a cargo de Juan de Anchieta( 1462- 1523). La reina Isabel, quien tuvo particular inclinación por la vihuela, el instrumento de cuerda español renacentista par excellence, mantuvo en su corte tres o cuatro vihuelistas, entre ellos Lope de Baena( fl 1475- c. 1508).
Una capilla catedralicia característica de comienzos del siglo XVI tenía en servicio aproximadamente 20 niños coristas instruidos por el maestro de capilla, quien se encargaba también de proporcionar la música para los fines de semana y los días festivos. Las grandes catedrales españolas proporcionaron preparación y trabajo para muchos músicos importantes, como el portugués Pedro de Escobar, maestro en Sevilla en 1507-1514, Juan de Triana( fl 1478-1483; en Sevilla y Toledo) y Juan de León( fl 1480-1514; en Santiago de Compostela y Málaga). Las catedrales usaron también instrumentistas y los instrumentos de viento se convirtieron en un rasgo distintivo de la música vocal sacra española.
En el Renacimiento, España extendió las fronteras de su imperio para convertirse en la nación más poderosa de Europa. Los viajes de Colón al Nuevo Mundo, iniciados en 1492, trajeron como resultado la anexión a la corona española de la mayor parte de América Central y del Sur que, junto con la anexión de Nápoles, Milán, Sicilia, Borgoña, Portugal y los Países Bajos, dieron como resultado un fructífero intercambio cultural recíproco. El humanismo ganó terreno después de 1515 con el ascenso al trono de Carlos V( Santo Emperador Romano a partir de 1519), quien había sido criado en la corte borgoñona bajo la influencia de Erasmo; los principios artísticos italianos y flamencos se abrieron paso firmemente en la península y muchos músicos españoles tuvieron la oportunidad de trabajar en el extranjero, en especial en Italia donde en 1503 seis de los 21 cantores de la capilla papal en Roma eran españoles.
A la vez, los compositores extranjeros comenzaron a ejercer su influencia en la música española, sobre todo los maestros polifónicos de los Países Bajos, Ockeghem, Agricola, La Rue y en particular Josquin, cuya música se diseminó y se copió profusamente. Para el momento en que España decidió abrir sus fronteras culturales a los valores renacentistas, el movimiento prácticamente había desaparecido en Italia, de ahí la escasa repercusión que tuvieron en España géneros seculares como el madrigal. En su lugar, los compositores españoles tuvieron preferencia por el villancico. Alrededor de
400 villancicos, junto con otras piezas vocales diversas compuestas por los principales compositores contemporáneos, forman la colección de música secular más importante del periodo, el Cancionero musical de palacio.
3. El Renacimiento tardío, 1530-1600 Durante los reinados de Carlos V( 1516-1556) y de su hijo Felipe II( 1556-1598), en España florecieron algunos de los escritores, pintores y músicos más refinados de la época( Lope de Vega, Cervantes, El Greco, Victoria), conformando el“ siglo de oro” de la cultura española. Tras su ascenso al trono, Carlos V estableció una capilla de músicos selectos de su nativa Flandes( capilla flamenca) que lo acompañaban en sus viajes. Su esposa portuguesa mantuvo una capilla similar con músicos españoles( capilla españa), tradición cosmopolita continuada a lo largo del reinado de su hijo Felipe. No obstante, durante los años finales del reinado de Carlos, la influencia creciente del luteranismo provocó la violenta reacción de la Contrarreforma y, bajo Felipe II, la Santa Inquisición ejerció una férrea censura en la cultura y la vida cotidiana del país y sus colonias. La música secular, excepto la instrumental, declinó y, a pesar de la demanda creciente de música sacra en las catedrales y universidades de la Nueva España, las impresiones musicales en España fueron muy escasas; la mayor parte circulaba en copias manuscritas y mucho se perdió.
Las escuelas de música más importantes del siglo XVI fueron la andaluza( con base en Sevilla), la castellana( en Toledo y Salamanca) y la catalana( en las abadías de Ripoll y Montserrat). Sevilla era la ciudad más acaudalada de España y gozaba del privilegio del intercambio monopólico con la Nueva España; la escuela de Sevilla produjo algunos de los más renombrados compositores del Renacimiento tardío español, como Cristóbal de Morales y su discípulo y sucesor Francisco Guerrero. Su producción es sacra prácticamente en su totalidad. Otro discípulo de Morales, Juan Navarro, recibió su educación en Sevilla y posteriormente trabajó en otras catedrales españolas, como lo hizo también Rodrigo de Ceballos, quien ocupara el puesto de maestro de la capilla real.
El esplendor de la escuela de Castilla con base en la Catedral de Toledo sólo era superado por la de San Pedro en Roma. Muchos músicos formados en Castilla prestaron sus servicios en el coro papal de Roma y en las capillas reales de España e Italia. Entre los que siguieron este camino destacan Luis de Narváez, Bernardo