Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 511

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tivos claros y manejables. Sobre todo, para aprender música es necesario tener buenas pautas: ¿ tiene el alumno oportunidades para escuchar composiciones o ejecuciones de los demás? ¿ Ofrece el maestro un ejemplo de comportamiento musical sensible? Ya que hemos reconocido que hay una necesidad de interactuar socialmente, ¿ se toma esto en cuenta para la formación de más ensambles y la enseñanza de instrumentos en grupo?
Puede parecer obvio que la enseñanza de la música deba integrar la experiencia musical directa, pero las investigaciones han mostrado que no es raro que los maestros eviten hacer música en clase, destacando en su lugar otros aspectos, como por ejemplo los periodos históricos, análisis de formas, instrumentos de la orquesta, acústica, vidas de músicos famosos, teoría de la notación. Esto convierte la música en algo de lo que se habla, y no en algo que se vive ya sea como compositor, ejecutante o escucha. Incluso cuando los maestros se han esforzado por involucrar a los alumnos en la creación y el manejo de sonidos dentro del salón de clases, los resultados muchas veces llegan a ser poco musicales. Pero si estas actividades se llevan a cabo de manera estructurada, como parte de un programa amplio, y cuando el maestro realmente espera ver desarrollo y avances, los niños llegan a ganar mucho.
Asimismo, la enseñanza de instrumentos se ha concentrado en la adquisición de habilidades teóricas, auditivas y técnicas, una sobrevaloración observada por Scholes. Las habilidades son importantes, pero aún más lo son la comprensión, la sensibilidad y el disfrute musical. Si el alumno apenas tiene la técnica necesaria para ejecutar una pieza difícil, no es de esperar que tenga la capacidad de tomar decisiones musicales. Nada más habrá una velocidad posible para que la ejecución se sienta segura, probablemente el dominio del ritmo sea tan frágil que pensar en un rubato resultaría desastroso, y apenas habrá tiempo para escuchar. Sin embargo, las obras de menor grado de dificultad, un nivel por debajo de las capacidades máximas del alumno, ofrecerían un amplio panorama para el desarrollo musical y brindarían más confianza técnica. ¿ Qué pasaría si tocáramos la pieza más rápido o más lento, más o menos fuerte, más o menos legato? ¿ Podríamos inventar una pieza corta usando algunas de las técnicas e ideas que encontramos en una determinada composición? ¿ Podríamos escribir uno de los temas de memoria? ¿ Transportarlo? ¿ Qué tipo de acordes se usan? ¿ Se parece una pieza a otra, o no? De esta manera buscamos una educación musical extensa que desarrolle todo un rango de habilidades, comprensión y actitudes.
No basta con que la experiencia directa de la música sea una prioridad, sino que esta experiencia debe ser tan amplia como sea posible. Estamos bombardeados con música de hace siglos y a lo largo de un espectro social y cultural muy vasto. Nuestro ambiente está más contaminado con ruido que en ningún otro momento histórico. ¿ Realmente escuchamos o simplemente oímos porque no lo podemos evitar? Resulta demasiado fácil conglomerar la música bajo banderas estilísticas diferentes sin prestar atención a las cualidades de una pieza en particular, por ejemplo, a la integridad de esta fuga o a aquella parte lenta. Escuchar críticamente es un ejercicio de la imaginación, y la educación musical debe jugar un papel importante informando y promoviendo esta habilidad.
Si reflexionamos acerca del trabajo de los mejores maestros, los educadores musicales más influyentes, pronto descubriremos que el éxito de su trabajo se fundamenta en estos dos aspectos: el principio del logro y el principio de la experiencia musical directa. Seguir un sistema( cualquier método funciona si es sistemático) da forma y propósito a la enseñanza y al aprendizaje y hace que los logros sean posibles y reconocibles. Un maestro eficiente es realista en evaluar qué pueden hacer sus alumnos y es ambicioso, a la vez, en cuanto a su desarrollo. No obstante, paralelamente al sistema o la forma de trabajo que se aplique, siempre surgirá la pregunta: ¿ es musical? ¿ Hay una noción de estructura y un sentir del carácter expresivo en lo que se hace o se dice? Cuando uno ve a un educador musical( y no un simple entrenador) eficiente en su trabajo, se observa una fuerte intención musical junto con propósitos educativos más generales: las destrezas tienen un fin musical y el conocimiento factual desarrolla la comprensión musical.
La meta final es lograr una apreciación rica y amplia, independientemente de si el estudiante llegará a ser un músico profesional, un aficionado talentoso o un oyente sensible. Una buena capacidad de apreciación no simplemente ofrece placer inmediato, también permite conectarse con los dominios de la emoción humana. Igual que las otras artes, la música puede ciertamente considerarse un método de conocimiento. Sin embargo, este conocimiento no es algo puramente instintivo o heredado. La capacidad de apreciar la música es en gran medida algo aprendido, más allá de algunas reacciones bastante básicas. Los educadores musicales son