Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 508

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de especialización. Esto es de una importancia indiscutible, no nada más para los niños en cuestión, sino para la vida musical de un país y para sus estándares de excelencia.
Gran número de personajes importantes han contribuido a la educación musical y en particular han reforzado y desarrollado la filosofía y la práctica“ tradicional”. Ya mencionamos a Kodály en relación con el canto y el solfeo, pero él había sido influido por John Curwen y su desarrollo del sistema de * tónica sol-fa como recurso para desarrollar la lectura musical, particularmente por su énfasis en empezar por el sonido, en vez del signo, y fomentar el crecimiento de imágenes musicales o el“ oído interno”. Muchas veces se piensa que Curwen tenía la intención de desarrollar un sistema de notación alternativo al pentagrama. Esto no es así. Destacó que el objetivo de su método era“ posibilitarle al alumno, de manera más rápida de la usual, cantar a primera vista a partir de esa notación”.
La preocupación por la notación y por lo que ahora llamamos alfabetización musical llevó a J.-J. Rousseau a trazar un sistema alternativo donde la altura del sonido se representaba por números y la duración por líneas y puntos. Así, pensó, sería posible prescindir del pentagrama y los procesos de impresión y lectura musical se facilitarían. En el siglo XIX, Pierre Galin, Aimé Paris y Emile Chevé en Francia( véase GALIN-PARIS-CHEVÉ,
SISTEMA) retomaron y aplicaron este método directamente en el campo de la educación para la enseñanza del solfeo. En su método las imágenes musicales son centrales nuevamente: aun los alumnos principiantes de Chevé tenían que“ pensar” las notas además de cantarlas. Desde entonces ha habido muchos intentos de crear cursos sistemáticos de preparación musical, y generalmente han sido vinculados a la notación y a la corriente más común de la música occidental. El educador musical estadunidense Justine Ward( 1879-1975) creó un método vocal que ha repercutido en varios países, especialmente entre maestros de niños más pequeños.
Quizá los impactos más grandes que ha recibido la educación musical han sido provocados por el desarrollo de la radio y el gramófono, durante la primera mitad del siglo XX, y la computadora durante la segunda mitad. Para muchos maestros, la llegada de la radio y del gramófono marcó un cambio en el equilibrio de las actividades de clase, aunque en ese momento no venía en camino ninguna revisión importante de los objetivos tradicionales en la enseñanza de la música. Particularmente el trabajo de Stewart Macpherson( 1865-1941) y Scholes provocó interés en las nuevas posibilidades de desarrollar habilidades de escucha informada y crítica. Scholes creía que la difusión de la música a través de los nuevos medios abriría grandes horizontes para una educación masiva, no nada más en las escuelas y en las universidades sino también para los radioescuchas en general.( The Oxford Companion to Music mismo fue diseñado para beneficio tanto del especialista como del amateur, y una de sus funciones era ilustrar e informar a quienes apenas se estaban haciendo conscientes del mundo de la música, hasta entonces inaccesible.) El concepto del“ oyente” apareció al mismo tiempo que aquello que se ha llamado movimiento de * apreciación de la música.
Esta revolución electrónica también sembró semillas que llegarían a ser alternativas para retar la visión tradicional de la educación musical. La música en sí empezó a cambiar rápidamente cuando la transmisión electrónica, la grabación y la generación del sonido se hicieron posibles. En otro nivel, Carl Seashore( 1866- 1949) delineó sistemáticamente * tests para medir lo que él llamaba“ talento” musical, incluyendo medición de la distinción de la altura, el timbre y el volumen. Todo esto se había hecho posible gracias a la electrónica y la disponibilidad de fuentes de sonido calibrados. Educadores musicales empezaron a contemplar métodos de evaluación más precisos para encontrar potencialidad en el alumnado y para el diagnóstico de problemas empleando metodologías aparentemente científicas. Así pues, fue en este momento que percibimos la apertura hacia infinitas y muchas veces controversiales posibilidades, mientras los compositores empezaban a“ experimentar” con el sonido y simultáneamente había una tendencia de querer identificar habilidades musicales que a menudo se habían considerado por debajo del nivel musical. Ambas corrientes parecen estar más interesadas en notas aisladas que en melodías musicalmente coherentes.
Al principio, el hardware electrónico y las habilidades necesarias para manejarlo no repercutieron notablemente en la educación musical. Sin embargo, a partir de la década de 1960 emergió una nueva generación de educadores musicales entusiasmados con la idea de aprovechar las nuevas oportunidades de composición electrónica retando a los maestros a extender su repertorio, incluso a redefinir la tradición musical. La llegada de sintetizadores, computadoras y tecnología digital accesible facilitó esta evolución y ayudó a crear oportunidades para difundir la música más que nunca antes.