ediciones históricas y críticas 506
que en su mayor parte eran iletrados, sin duda fueron más informales, aunque para el siglo XV se había desarrollado un repertorio de danzas cortesanas basadas en cantus firmi: la bassadanza o basse danse y otras formas relacionadas. La música instrumental floreció con muchas variantes en cortes, pueblos y ciudades, y muy pocas son las que han sobrevivido para su interpretación actual.
La música católica del centro de Europa siguió líneas de desarrollo similares a las occidentales ampliadas a través del mundo ortodoxo impulsado desde Constantinopla y bajo un dialecto eslavo común( en sus inicios) para la liturgia. La contribución del Islam a la cultura europea sin duda fue considerable a través de las invasiones y las cruzadas, mientras que la de los judíos europeos fue ligeramente menor en ciertos periodos. Sería más simple si fuera posible considerar la cuenca del Mediterráneo como el centro del“ horizonte” medieval, pero la dispersión de muchas de sus tradiciones musicales significa un serio obstáculo para la investigación objetiva. Asimismo, si lo único que se tiene de la Edad Media son sus límites cronológicos, no hay razón para no tomar en cuenta cualquier región que cuente con registros de historia de la música, como por ejemplo el oriente asiático. En la actualidad es menor la tendencia a dar por válida la interpretación de los humanistas europeos sobre el desarrollo histórico cultural; el enfoque anterior, más antiguo y bastante estrecho, es absolutamente rebatible.
Incluso en el contexto europeo es sencillo apreciar el intercambio de ideas y de contextos culturales, por lo que una insistencia exagerada en la distinción entre lo sacro y lo secular sería nocivo. A este respecto, la música y la poesía en sí no sólo suelen ser ambiguas, sino que las diferencias sociales distaron mucho de estar claramente delineadas. Los recintos de la Iglesia, inclusive los monasterios,“ consumían” música secular, mientras que los músicos de la capilla de un noble secular muy probablemente también contribuían a su esparcimiento secular. Algunos de los compositores de canciones más refinados del siglo XV( Dufay y Binchois, por nombrar sólo algunos) fueron clérigos y miembros de una organización eclesiástica. Incluso la misma música podía servir para un doble propósito. Esta intercambiabilidad es igualmente aplicable a la topografía. La música viajaba, en ocasiones muy ampliamente, como parte del repertorio de un músico itinerante o bien en manuscritos, y podía florecer en suelo extranjero, muy a menudo cumpliendo una función distinta de aquella para la que había sido compuesta. Nuestro actual conocimiento de la música medieval sin duda sería muy pobre si esto no hubiera sucedido. Estos hechos ayudan también a justificar el uso actual de la música medieval en contextos ajenos y a veces también con interpretaciones que distan mucho de parecerse a las originales. La música medieval es increíblemente perdurable, como bien lo demuestra su popularidad actual.
JCA 📖 H. M. BROWN, Music in the Renaissance( Englewood Cliffs, NJ, 1976). C. PAGE, The Owl and the Nightingale: Musical Life and Ideas in France, 1100-1300( Londres, 1989). J. YUDKIN, Music in Medieval Europe( Englewood Cliffs, NJ, 1989). R. CROCKER y D. HILEY( eds.), The Early Middle Ages to 1300, The New Oxford History of Music, ii( Oxford, 1990). J. MCKINNON( ed.), Antiquity and the Middle Ages, Man and Music / Music and Society( Londres, 1990). D. HILEY, Western Plainchant: A Handbook( Oxford, 1993). C. PAGE, Discarding Images: Reflections on Music and Culture in Medieval France( Oxford, 1993). R. STROHM, The Rise of European Music, 1380- 1500( Cambridge, 1993).
Aristide y Louise Farrenc( París, 1861-1874) contiene música para clavecín y piano abarcando 300 años y tuvo una influencia enorme en la recepción de la música antigua hacia finales del siglo XIX.
Otro tipo de edición histórica y crítica es la antología didáctica. Un ejemplo temprano, Essemplare, o sia Saggio fondamentale pratico di contrappunto( Bolonia, 1774-1776) de G. B. Martini, es una colección de extractos de obras históricas que ejemplifica el avance de las técnicas contrapuntísticas. Las“ historias de la música a través de ejemplos” forman un género muy extendido. A principios del siglo XIX, el melómano vienés Joseph Sonnleithner proyectó una Geschichte der Musik in
Denkmäler, que J. N. Forkel iba a editar; desafortunadamente, el proyecto fue abandonado cuando las placas del primer volumen fueron destruidas durante la ocupación napoleónica de Viena en 1805( aunque la copia de prueba de Forkel sobrevivió). Otros ejemplos tempranos de este tipo que llegaron a término son Specimens of Various Styles of Music( Londres, c. 1808-1815) de William Crotch y Musica antiqua: A Selection of Music … from the Commencement of the 12th to the Beginning of the 18th Century( Londres, 1812) de John Stafford Smith, este último especialmente cuidadoso e imaginativo en sus métodos críticos. Algunas antologías posteriores que ejercieron influencia incluyen