Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 465

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de las nuevas libertades inherentes en su propia música, sobre todo la constante fluctuación del tiempo y la complejidad de la orquestación. Wagner abordó ambos temas en su libro Über das Dirigieren( Sobre la dirección, 1869), afirmando que el director debe“ hallar el tiempo” y“ hallar la melodía”( es decir, el equilibrio adecuado).
Aún más importante, los directores claramente estaban tomando un papel más interpretativo que en las generaciones anteriores y ciertas figuras adquirieron renombre por sus interpretaciones individuales de grandes obras. Las interpretaciones poderosas demandaban mayor control y la capacidad de comunicar sutiles matices con sólo el gesto; por ello mejoró inmensamente la técnica. También se hizo necesario mayor tiempo de ensayo y en general las orquestas contrataban a un director permanente cuya huella estilística en ocasiones se volvió inconfundible; así, uno podía hablar del sonido Furtwängler de la Filarmónica de Berlín, el sonido Richter de la Orquesta Hallé, etcétera.
3. El siglo XX Durante el siglo XX, varios cambios importantes en la interpretación musical afectaron grandemente el arte de la dirección. El tiempo de ensayo con orquestas y coros se volvió cada vez más caro debido a la sindicalización de la música, por lo que el director se vio obligado a imponer su estilo a una orquesta muy rápidamente. La“ técnica de batuta” se convirtió en una obsesión para muchos de manera que cada pequeño detalle de la música pudiera ser comunicado con poca o ninguna instrucción verbal a los músicos altamente entrenados. Así, numerosos directores se encasillaron más y más en estilos individuales, ya que a menudo no había suficiente tiempo para explorar nuevas interpretaciones. El desarrollo de la grabación sonora de alta calidad contribuyó a esta tendencia y los públicos comenzaron a esperar interpretaciones perfectas o casi perfectas de obras complejas, aun en interpretaciones en vivo.
Los crecientes costos en el siglo XX provocaron también el regreso de los ensambles sin director( un ejemplo temprano fue Persimfans en la Rusia soviética en la década de 1920), especialmente en la música antigua, donde las interpretaciones con criterio histórico se hicieron muy populares. Además, mucha música contemporánea contiene elementos de improvisación que le dan al ejecutante individual una mayor libertad interpretativa en lugar de la lectura impuesta por un director; en este sentido, la historia ha cerrado el círculo en lo que se refiere a la dirección orquestal.
4. Técnica Podría decirse que los directores realmente grandes nacen y no se hacen, pero también es el caso que muchos de los grandes directores de hoy han recibido algún grado de entrenamiento, ya sea formal o informal. Casi todos los músicos competentes, con un poco de guía y mucha práctica, pueden adquirir un nivel de técnica de dirección adecuado para la mayoría de los propósitos amateur. Por ello vale la pena considerar ciertos elementos de técnica para asistir a los lectores que puedan ser solicitados para dirigir ensambles.
Probablemente el requisito más esencial es la claridad, ya sea de batuta o de instrucción verbal. Los directores deben aprender y practicar los patrones básicos de batuta, de un libro o de un colega, hasta que se vuelvan naturales, de modo que puedan concentrarse en monitorear y mejorar el sonido producido por el ensamble. La mano izquierda( para directores diestros) debe utilizarse con discreción para propósitos expresivos y nunca debe imitar la mano de la batuta. Se pueden aplicar ciertos principios generales al marcar el tiempo: los gestos amplios y rápidos darán como resultado un gran volumen de sonido, mientras que los gestos más pequeños y lentos producirán resultados más discretos. Debe ponerse especial atención en la anacrusa, puesto que es el gesto preparatorio que da a la música su carácter inicial. La importancia de respirar con el ensamble en la anacrusa no puede sobreestimarse y se puede obtener un ataque inicial preciso sólo con este medio, aun si el ensamble consta únicamente de intérpretes de cuerdas y sin alientos. Sobre todo, a través de sus gestos el director o la directora debe dar a los intérpretes la confianza de tocar al máximo de su capacidad, sea cual fuere ese nivel.
La técnica, por supuesto, no sirve de nada si el director tiene poco que decir durante el ensayo. Es esencial que un director nunca detenga un ensamble a menos que necesite dar instrucciones verbales; los silencios embarazosos pronto llevarán a una pérdida del respeto por parte del ensamble. El director debe expresar sus instrucciones y opiniones en el tono más constructivo posible y nunca como una crítica personal. Como sugería Pierre Monteux, director del estreno de La consagración de la primavera,“ no seamos irrespetuosos con los intérpretes( nada de malas palabras); no olvidemos los derechos de los individuos como personas; no devaluemos a los miembros de la orquesta sólo porque son‘ engranes’ del‘ mecanismo’.” Esto es especialmente importante para directores de grupos aficionados, cuyos