Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 34

acústica arquitectónica 38
música romántica de 2.2 segundos. Un mayor tiempo de disminución en las frecuencias bajas contribuye a un sonido lleno y cálido, mientras que una buena definición requiere menor tiempo de disminución en las frecuencias altas.
Las salas de concierto modernas suelen incorporar ciertos recursos para modificar las condiciones reverberantes y adaptarlas a diferentes tipos de espectáculos musicales y extramusicales. Un buen ejemplo es el Symphony Hall de Birmingham, Inglaterra( inaugurado en 1992), en el que un dosel circular móvil por encima del escenario refleja el sonido a partes específicas del auditorio; cuenta también con cámaras de reverberación ubicadas en la periferia del auditorio, que al abrirse aumentan el tiempo de reverberancia.
Los músicos ejecutantes requieren condiciones acústicas relajadas, con la sonoridad necesaria para poder tocar sin demasiado esfuerzo; estas condiciones pueden mejorarse colocando superficies reflejantes en puntos estratégicos cerca de los ejecutantes, lo cual facilita que escuchen claramente a los otros músicos. Al parecer no hay duda alguna de que los compositores de todos los tiempos, consciente o inconscientemente han escrito adaptándose al entorno en que su música habría de interpretarse.
5. Problemas de los recintos pequeños En lo que respecta al sonido reverberante de una sala de conciertos grande, las ondas sonoras reflejadas al azar producen una difusión del sonido razonablemente consistente. En salas pequeñas, sin embargo, se producen patrones de interferencia diferentes a causa de las reflexiones múltiples entre paredes, techo y piso. Estas resonancias, denominadas“ ondas estacionarias”, forman un efecto similar al de un tubo de órgano tridimensional y ocurren a frecuencias cuyas distancias entre las superficies enfrentadas son múltiplos de media longitud de onda. Las series armónicas o“ eigentones”( al.,“ tonos propios”) que se generan por estas resonancias ocurren en las salas de cualquier tamaño y las frecuencias irregulares disparadas imprimen color al sonido. Se requiere una absorción adecuada de frecuencias bajas o bien un diseño especial sin paredes paralelas.
6. Amplificación sonora En la mayoría de las salas de concierto, limitarse a la presentación de orquestas del tamaño y la fuerza sonora óptimas para la acústica del recinto, resulta tan impráctico como costoso. Por ello se utilizan sistemas electrónicos de amplificación para instrumentos o voces de poco volumen. La forma y las deficiencias acústicas de muchas iglesias y salas de conferencias exigen reforzar el sonido en áreas determinadas o en el recinto completo. Los componentes básicos de un sistema de amplificación, denominado en inglés public address o“ PA”, son micrófonos, amplificadores y altavoces. En la práctica, el funcionamiento de los sistemas de amplificación es delicado porque el sonido amplificado emitido por un altavoz es captado nuevamente por el micrófono y se vuelve a amplificar, generando una retroalimentación sonora difícil de controlar, como todos hemos podido constatar en múltiples ocasiones. Este“ vicio” sonoro se aminora con el uso de micrófonos direccionales que tienen menor sensibilidad en los costados y, colocados sin apuntar hacia los altavoces, reducen la retroalimentación del sonido amplificado. Para lograr una amplificación sin retroalimentación más eficaz, se pueden incorporar altavoces direccionales, que dirigen las ondas sonoras hacia áreas determinadas.
7. Resonancia reforzada En algunas salas de concierto se usa un recurso especial para reforzar el sonido llamado resonancia reforzada( in.: assisted resonance), que consiste en aumentar el tiempo de reverberación de bandas de frecuencia determinadas. Un ejemplo conocido es el Royal Festival Hall de Londres, en cuyo diseño original de 1948 se había calculado un periodo de reverberación promedio de 1.7 segundos y de 2.5 en las frecuencias bajas. Sin embargo, una vez terminada su construcción, el tiempo real de reverberación de las frecuencias bajas sólo alcanzaba 1.4 segundos; a pesar de que la definición sonora era excelente, recibió muchas críticas por su sonido carente de cuerpo. En 1964 se solucionó el problema con la instalación de 172 micrófonos en el techo, amplificadores y ecualizadores con bandas de frecuencia en el rango de 58-700 Hz y altavoces.
8. Aislamiento sonoro En todo tipo de auditorio es indispensable un buen aislamiento de los sonidos externos, tanto los que viajan por el aire como los que se transmiten a través de la estructura de la construcción. Es muy importante elegir una zona tranquila, lo que no es fácil en una ciudad grande, e incluir en el diseño más capas de revestimiento en las paredes cercanas al paso de vehículos y otras fuentes de ruido. El sonido de los aviones constituye un problema cada vez mayor y obliga a la construcción de techos con