Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 277

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las fluctuaciones de tempo, etc., hechas por el intérprete de la línea melódica.
2. Se refiere al uso de la voz en la producción de tonos musicales( véase VOZ, 3). La necesidad de cantar, característica inherente a todos los individuos y las culturas, ha sido desarrollada en la música occidental mediante técnicas especiales para extender el rango vocal, crear matices dinámicos extremos y producir variaciones contrastantes de color tonal. Aunque las técnicas modernas del canto se encuentran inevitablemente arraigadas en las prácticas de generaciones anteriores, las evidencias de la producción vocal del sonido de épocas antiguas, hasta el advenimiento de la música grabada en la aurora del siglo XX, se limitan a descripciones en fuentes escritas. Mientras que el análisis de los instrumentos antiguos ofrece ciertas claves para deducir su uso y su sonido en épocas pasadas, el instrumento vocal desaparece a la muerte del intérprete. El hecho de que el aparato de fonación humano no haya cambiado en siglos no proporciona un conocimiento ni siquiera aproximado de cómo se usaba en el pasado, dada la complejidad de su funcionamiento y la ilimitada variedad de posibilidades que ofrece para la emisión del canto.
El sitio prominente que ocupa el canto en los ritos religiosos de muchas culturas queda ejemplificado en el papel central de la Iglesia cristiana antigua en el desarrollo de la tradición del canto occidental. El enorme repertorio de canto gregoriano habla por sí mismo de la importancia del canto en la liturgia y, el virtuosismo de algunos repertorios de canto llano sugiere que su interpretación requería de un alto nivel técnico. Puesto que las mujeres tenían prohibido cantar al interior de la iglesia, la técnica del * falsetto se desarrolló para ampliar el rango de la voz humana hacia el registro agudo y satisfacer las exigencias interpretativas de la música polifónica de la Edad Media y el Renacimiento. Aunque las partes agudas a menudo eran cantadas por niños, sus voces inmaduras no siempre estaban capacitadas para ello, sobre todo en comparación con la voz femenina, que comenzó a adquirir prominencia en la música secular del siglo XVI. El cultivo de la voz entre las mujeres de la nobleza, como el concerto delle dame de la corte de Ferrara bajo Alfonso II, contribuyó a la popularización de la voz soprano en el madrigal italiano. La iglesia respondió introduciendo castrati, inicialmente en el coro de la Capilla Sixtina y después en otras instituciones musicales religiosas.
El advenimiento de la ópera italiana en el siglo XVII contribuyó en gran medida al ascenso del * castrato. Otra cualidad de la voz castrato, junto a la flexibilidad, potencia y amplitud de su rango, era la enorme capacidad pulmonar, ideal para la interpretación de héroes y seres mitológicos, elementos medulares de los libretos operísticos. Durante los siglos XVII y XVIII, los grandes castrati alcanzaron fama sin precedentes en toda Europa, recibiendo pagos mayores que los recibidos por los compositores de la música que interpretaban. La repulsión ante la barbarie de la castración, junto con la búsqueda del realismo en la ópera, propiciaron la declinación de la voz castrato en el siglo XIX, aunque el último representante de la tradición, Alessandro Moreschi, alcanzó a realizar varias grabaciones antes de su muerte en 1922.
La ópera barroca impulsó el estilo de producción vocal denominado * bel canto, que enfatiza la elegancia interpretativa. El tono bello y homogéneo en todos los registros, el fraseo legato, el control absoluto de la respiración, la agilidad en pasajes floridos y la ornamentación imaginativa y con buen gusto son las cualidades de bel canto. Este estilo influyó también en la música instrumental y compositores como Quantz y Geminiani exigían a los instrumentistas emular la expresividad de la voz humana.
A partir de finales del siglo XVIII, los compositores comenzaron a escribir para rangos vocales más amplios. Después de la supremacía de la voz aguda( fuera femenina o castrato) en el periodo barroco, las épocas clásica y romántica presenciaron la elevación de las voces bajo, contralto y, en particular, la voz tenor. Muchos factores, como la mayor sonoridad de los instrumentos, los grandes salones y teatros, la elevación paulatina de la afinación de concierto y los inevitables cambios de las modas musicales, dieron como resultado un cambio gradual en la producción vocal a favor de un tono más potente y penetrante con agilidad y matices dinámicos refinados.
Un análisis de las grabaciones tempranas del siglo XX revela una amplia variedad de estilos vocales e interpretativos entre los cantantes de música de arte. Conforme avanzó el siglo y las grabaciones se volvieron comunes, se hizo claramente notoria la mayor uniformidad en la manera de abordar el canto dentro de la música de arte, aunque el creciente interés por las prácticas interpretativas de la música del pasado ha revertido esta tendencia. Por su parte, los compositores han desarrollado una amplia variedad de técnicas vocales extendidas en colaboración con los cantantes. De igual manera, las grabaciones y otros adelantos tecnológicos han