canción 274
cimiento de las líneas vocales, junto con nuevas teorías sobre el carácter expresivo de la voz sola sobre una textura contrapuntística. Las formas polifónicas prevalecientes comenzaron a declinar gradualmente, cediendo paso a nuevos tipos de canción lírica o declamatoria como la * monodia italiana, el * air de cour francés y el * ayre inglés. La aparición de estos géneros marca el inicio de la época de la canción moderna.
JM
Siglos XVII y XVIII A comienzos del siglo XVII, la canción de arte para voz sola había arraigado por completo. En Italia, Le nuove musiche( 1602) de Caccini marca el inicio de la popularidad de la * monodia y el * aria y, a partir de la década de 1630, de la * cantata secular. Alemania tenía su propia tradición de canción monódica en el Meistergesang, pero fuera de eso los compositores alemanes permanecieron fieles al concepto de la canción polifónica, que otorga la misma importancia a las voces, hasta la década de 1620, cuando el género de * Lied con bajo continuo comenzó a adquirir relevancia. Los franceses habían desarrollado un estilo de canto solista declamatorio desde finales de la década de 1560( véase
MUSIQUE MESURÉE) y los primeros * airs de cour vieron su publicación una década después; el género adquirió enorme popularidad en los siglos XVII y XVIII, al lado de parientes menos sofisticados como el * air à boire y el * brunette.
En Inglaterra, la canción para voz sola con acompañamiento instrumental seguía su propia tradición en la canción para * consort y la * lute-song, algo posterior; estos géneros, junto con el madrigal inglés, se desvanecieron muy pronto cuando sus acompañamientos polifónicos ligeros y delicados fueron desplazados por el ubicuo continuo. Con el trabajo de compositores como Henry Lawes y John Wilson, la canción para voz sola estableció su forma estrófica, donde la música se guiaba por el estilo declamatorio natural de las palabras, conocido en la época como“ música recitativa”. Esta tendencia, desarrollada por Pelham Humfrey y Blow, alcanzó su expresión más refinada en las canciones de Purcell.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, las imprentas de música en Alemania, Inglaterra y Francia produjeron cientos de cancioneros para voz sola y continuo, cuyo práctico formato en sólo dos pentagramas reducía considerablemente los costos de publicación. El continuo y la imprenta jugaron un papel importante en el desarrollo temprano del Lied en Alemania y, por ser medios prácticos tanto para música secular como sacra, también se incorporaron al desarrollo de la música de la Iglesia protestante hasta culminar en las cantatas sacras de J. S. Bach. Durante el siglo XVIII, Inglaterra produjo enormes cantidades de canciones para lugares de entretenimiento como Vauxhall y Ranelagh, entre otros, compuestas por Thomas Arne, William Boyce, Charles Dibdin, James Hook y muchos más. Los compositores franceses fueron igualmente prolíficos en el género del air. No son muchas las canciones de estos países que han sobrevivido, pero la forma no perdió su lugar sino hasta finales del siglo XIX.
El siglo XIX El país dominante en el género de la canción durante el siglo XIX fue sin duda alguna Alemania con el * Lied. La admirable amalgama entre música y texto lograda por Schubert, Schumann, Brahms y Wolf estableció un modelo imposible de ignorar por la canción de otros países. Francia, con una larga y distinguida herencia a su disposición, sobresalió como segundo país en importancia; su * mélodie característica difiere tanto del Lied como la lengua francesa de la alemana. Gabriel Fauré, el compositor francés más refinado del siglo XIX, imprimió una exquisita sutileza musical a textos inequívocamente franceses en canciones como Clair de lune( Paul Verlaine), Le Parfum impérissable y Les Roses d’ Ispahan( poemas de Leconte de Lisle). Lo mismo se puede decir de Henri Duparc, cuya L’ Invitation au voyage alcanza un elevado nivel literario dentro del género de la canción. Debussy se sintió atraído también por la nostalgia de Verlaine en el estilo Watteau( Fêtes galantes), donde encontró también nuevos estímulos en otros simbolistas importantes, en particular Charles Baudelaire( Cinq poèmes) y Stéphane Mallarmé( Trois poèmes). En sus canciones vuelca su creatividad al máximo y encarna lo más esencial de su estilo; su exploración armónica y colorística preparó el camino para la emancipación musical del siglo XX.
En las islas británicas, la canción del siglo XIX no tuvo un valor verdaderamente perdurable y los desarrollos alcanzados hacia el final del siglo fueron menos significativos de lo que se ha llegado a pensar. Los diversos ciclos de English Lyrics de Parry, por ejemplo, tienen más mérito por su hechura que por su inspiración. El compositor irlandés Stanford fue sin duda el que desplegó mayor talento lírico:“ The Fairy Lough”, con su calidad mundana distintiva, en una época gozó de popularidad entre los cantantes, mientras que“ The Middle Watch” ofrece un contraste refrescante a la expresividad despreocupada del resto de las Songs of the Fleet.