Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 253

cámara, música de 258
El periodo barroco A principios del siglo XVII, los géneros y estilos de la música de cámara comenzaron a cambiar radicalmente. La mezcla pragmática de instrumentos y voces en el madrigal se desvaneció, dando lugar a géneros específicamente vocales e instrumentales, de los que la * cantata y el dueto( para voces), y la * sonata a solo y la * trío sonata( para instrumentos), son los más conocidos. En las cortes, este repertorio a menudo era ejecutado por músicos de cámara especialmente contratados, una necesidad en el caso de algunos ejemplos de la nueva música que presentaba retos técnicos considerables. El violín, sin trastes y exigiendo un tono más grueso que el de la viola, no era dominado con facilidad por los músicos aficionados, y violinistas virtuosos como Marini, Buonamente y Farina( este último significativamente llamado“ suonatore di violino da camera”) tenían gran demanda entre los príncipes europeos. En los círculos pudientes de la clase media, la ejecución musical privada continuó expandiéndose como una actividad placentera socialmente deseable, con algunos editores y compositores mostrándose agudamente conscientes del mercado doméstico. Al mismo tiempo, algunas distinciones de género se cristalizaron: la familia del violín fue típicamente un terreno de los hombres, mientras que las cuerdas punteadas y los teclados eran dominados por las mujeres, quienes también cantaban.
Las sonatas en este tiempo generalmente se escribían para uno o dos violines, siendo posibles estas combinaciones( y sus equivalentes vocales) sólo porque las armonías podían ser provistas por la parte del continuo, en estas obras interpretado normalmente por el violonchelo o la bajo de viola con clavecín, órgano o laúd. Así, una sonata a solo podía ser interpretada por tres ejecutantes( un instrumentista melódico con dos músicos al continuo) y una sonata a dúo, por cuatro( aunque a esta última se le llama fundamentalmente“ trío sonata”, con dos violines y continuo). La trío sonata fue uno de los géneros más favorecidos del periodo hasta alrededor de 1750 y todos los compositores continentales importantes contribuyeron con obras atractivas. Entre ellos Purcell, Legrenzi, Vitali y especialmente Corelli, cuyas trío Sonatas op. 1( 1681) sentaron el ejemplo y fueron ampliamente emuladas, especialmente en Inglaterra. Corelli y otros designaban sus sonatas de acuerdo con la función, algunas da chiesa, para uso en la iglesia, como voluntaries o interludios, y otras( que a menudo incluían movimientos dancísticos) da camera, literalmente“ para la cámara”; sin embargo, en la práctica tales distinciones a menudo carecían de significado.
En Italia los instrumentos más populares fueron las cuerdas. Por contraste los alemanes, notablemente Telemann, gustaron de usar instrumentos de viento además de las cuerdas, de manera que una trío sonata podía ser para flauta u oboe, violín y continuo, o para dos flautas y continuo; incluso permitía a los intérpretes hacer su propia selección instrumental, limitando así el estilo de figuración a lo que era posible realizar en prácticamente cualquier instrumento melódico. Incluso en Francia, donde había una considerable oposición a la música italiana, la trío sonata con el tiempo se puso de moda. Le Parnasse, ou L’ Apothéose de Corelli( 1724) de Couperin intentó una fusión de los estilos nacionales y sus Concerts royaux( 1722), como las Pieces de clavecin en concerts( 1741) de Rameau, explotaban la experta ejecución de la viola de bajo aún disponible en Francia, a través de la inusual combinación de clavecín, violín y viola de bajo obbligato.
Pero en general, los compositores franceses( como por ejemplo Hotteterre y Leclair) y muchos de los alemanes que los imitaban tendían al estilo galant, en el que la florida melodía forzaba a los instrumentos armónicos a adoptar un papel muy subsidiario, donde las partes de violonchelo eran especialmente planas, sin importar el efecto esto que pudiera tener en el oyente. La elegancia fácil es el sello de una buena parte del periodo c. 1725-1760, aunque en Berlín el rey Federico el Grande, el máximo conservador, aún disfrutaba la música de Bach( así como la extensa producción del galant Quantz), de modo que pudo experimentar la calidad de escritura polifónica que es la médula de la genuina música de cámara. La trío sonata de Bach y sus anticuados pero magníficos ricercari incluidos en la Ofrenda musical, así como sus sonatas a solo para flauta y para violín, son ejemplos notables de tal repertorio.
El periodo clásico Hacia finales del siglo XVIII, el mercado de la música doméstica continuó su expansión, aunque la música de cámara, con los costos de instrumentos y lecciones que la acompañan, era considerada un lujo fuera del presupuesto de muchas personas. Se hicieron arreglos de una serie de obras, tales como duetos instrumentales y arreglos de tonadas teatrales para pequeños ensambles, para músicos amateur de habilidades limitadas. De forma paralela se desarrolló lo que hoy se considera el fundamental repertorio de cámara clásico de cuartetos, quintetos y tríos;