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violas o voces”( en varios idiomas), suele aparecer en la primera página de las publicaciones de mediados del siglo XVI. Los“ arreglos” eran prácticamente idénticos a los originales y cualquier cambio se debía exclusivamente a la ornamentación improvisada. De igual manera, los arreglos de dichas piezas para laúd o teclado, por lo general estaban escritos en tablatura con adornos floridos en las notas largas. Este procedimiento desembocó en la práctica de los intérpretes virtuosos de realizar elaboradas transcripciones de obras ya de por sí difíciles con el fin de deslumbrar a sus oyentes.
A comienzos del Barroco se hicieron arreglos de música instrumental y aumentó el grado de libertad del proceso de adaptación, como puede apreciarse en los arreglos para clavecín y órgano de Bach basados en conciertos para violín de Vivaldi. En periodos posteriores, la música de Bach mismo inspiró muchos arreglos; para su magnífica Chacona para violín solo, por ejemplo, Schumann escribió un elaborado“ acompañamiento de piano”, mientras que Brahms y Busoni la arreglaron para piano: el primero en una versión para mano izquierda sola, y el segundo en una pieza prácticamente distinta. Puesto que el propio Bach reescribió por completo el preludio de su Partita en mi mayor para violín solo en un arreglo para órgano, difícilmente podría haberse quejado de esta licencia tomada por Busoni.
Mientras que Brahms y Busoni fueron continuadores de la tradición, los grandes pianistas del siglo XIX se inclinaron por escribir arreglos de obras para conjuntos instrumentales menos accesibles. En ese tiempo, los conciertos orquestales de buen nivel eran poco frecuentes en muchos pueblos, y las óperas más ambiciosas simplemente eran imposibles de ser representadas en muchas casas de ópera de provincia. Liszt transcribió para piano las sinfonías de Beethoven, así como abundantes obras vocales e instrumentales. Algunos de sus arreglos fueron relativamente simples y no exageraron la obra original, pero muchos otros exigían una técnica virtuosa difícil de encontrar en otros pianistas aparte del propio Liszt. En consecuencia, los mejores arreglos del siglo XIX fueron los que se basaron en obras virtuosísticas de origen, como las versiones de Schumann y Liszt de los Caprichos de Paganini para violín solo.
En otro sentido, los arreglos para dos pianos de finales del siglo XIX, que virtualmente abarcaban todo el rango de la música orquestal y de cámara, fueron igualmente significativos. Estos arreglos permitieron a muchos pianistas abordar obras que rara vez o jamás habrían podido escuchar. Por otra parte, la tradición de dar a conocer las obras de esta manera – arraigada entre los editores de música por razones obvias – siguió hasta muy avanzado el siglo XX. Además, en el siglo XIX la extraordinaria demanda de arreglos sentimentales de obras clásicas para salón inspiró obras notables como el Ave Maria( 1859) de Gounod, arreglo del primer preludio de El clave bien temperado de Bach. A lo largo del siglo XX, muchas obras clásicas han sido literalmente masacradas por compositores y arreglistas de jazz.
Son relativamente pocos los arreglos que han perdurado en el repertorio de concierto a partir de la segunda mitad del siglo XX, aunque aún se escuchan diversas versiones de la toccata para órgano en re menor de Bach. Cuadros de una exhibición de Musorgski es una obra conocida principalmente por el arreglo orquestal de Ravel, aunque también existen otras versiones. Por otra parte, compositores como Stravinski arreglaron sus propias obras mayores, en parte motivados por las regalías de los derechos de autor. Arreglos como el de Musorgski-Ravel suelen justificarse argumentando que la música se beneficia de la transcripción a un medio distinto y hasta más apropiado; pero algunos conocedores descalifican la escritura para piano de Musorgski, calificándola como incompetente y de carácter“ orquestal”. En el caso del arreglo de Schoenberg del Cuarteto para piano op. 25 de Brahms para gran orquesta, el compositor argumentó que la obra original de Brahms se tocaba poco y siempre se interpretaba muy mal, como si tuviera la certeza de que su orquestación llegaría a convertirse en parte del repertorio habitual. En la época de la reproducción electrónica, los arreglos satisfacen el deseo de los compositores de trabajar con material ajeno, en parte como una forma de vincularse a la gran tradición, satisfaciendo así al público en formas en que su propia música quizá no siempre lo logre. AW
Arriaga( y Balzola), Juan Crisóstomo( Jacobo Antonio)( n Bilbao, 27 de enero de 1806; m París, 17 de enero de 1826). Violinista y compositor español. Su primera ópera, Los esclavos felices, fue escrita y producida en Bilbao cuando tenía sólo 13 años de edad. En 1821 ingresó al Conservatorio de París y, antes de su prematura muerte, completó tres cuartetos de cuerda, dos obras sacras, una segunda ópera, música incidental, numerosos estudios para piano, dos oberturas y una exquisita Sinfonía en re que aún se interpreta. Con el auge del nacionalismo español en la década de 1850, Arriaga se convirtió en una figura prominente y la refi-